Unión Europea-Turquía: El acuerdo de la vergüenza sobre los refugiados

A media noche del sábado 19 de marzo, entró en vigor el acuerdo UE-Turquía sobre los refugiados. Los puntos de procesamiento de refugiados en la isla griega fueron vaciados, las agencias de ayuda y voluntarios fueron expulsados, y las estaciones migratorias abiertas se convirtieron en centros de detención cerrados donde se preparan a los refugiados para ser deportados a Turquía.

Este es un acuerdo vergonzoso, que muy posiblemente viola el derecho internacional, lo que revela la insensibilidad extrema de la racista Unión Europea capitalista.  Para colmo de males, mientras que  Oriente Medio se mantiene en estado de agitación, estas medidas reaccionarias harán poco para detener el flujo de migrantes.

El acuerdo, cuyos detalles siguen siendo desconocidos, se anunció en un comunicado de la UE resaltando  sus puntos principales. Básicamente, la UE va a pagar 6.000 millones de euros a Turquía (en dos cuotas hasta finales de 2018), por lo que "todos los nuevos migrantes irregulares que crucen desde Turquía a las islas griegas desde el 20 de marzo de 2016 se devolverán a Turquía."

Debido a las protestas de algunos países de la UE, el comunicado dice que "los migrantes que lleguen a las islas griegas serán debidamente registrados y cualquier solicitud de asilo serán tratada de forma individual" y "así excluir cualquier tipo de expulsión colectiva". Se trata de una hoja de parra legal, porque de lo contrario el acuerdo habría roto las obligaciones humanitarias internacionales de la UE.

Este punto fue cínicamente planteado por el Gobierno español de Rajoy, un gobierno que ya cuenta con una política de expulsión colectiva de migrantes que cruzan la frontera de Ceuta y Melilla. La verdadera razón por la que Rajoy planteó esta objeción fue  un intento de evitar la ira de las masas españolas, que están muy  disgustadas por este acuerdo vergonzoso. La UE no tiene problemas con la deportación de aviones cargados de "inmigrantes ilegales" de regreso a "países seguros", como lo ha venido haciendo desde hace años.

A cambio de aceptar la expulsión forzosa de refugiados que llegan a Grecia, Turquía recibió una vaga promesa de que se retirará la obligación de visado para los ciudadanos turcos que viajen a Europa en julio de 2016 y, una promesa incluso menos probable  de "revitalizar el proceso de adhesión" de Turquía a la UE.

También hay una disposición en el acuerdo que dice que "para cada ciudadano sirio devuelto a Turquía desde las islas griegas, otro sirio será acogido en la UE", hasta un máximo de 72.000. Esto es muy poco probable que suceda en cualquier grado. Si nos fijamos en los acuerdos previos de países de la UE con respecto a la reinstalación de los refugiados, no sólo vemos que los estados miembros de la UE no son muy generosos en sus promesas, sino que no están dispuestos siquiera a ponerlas en práctica.

Todo el mundo recuerda el Acuerdo de Reubicación de la UE firmado el pasado verano en el punto más alto de la "crisis de los refugiados". De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en ese momento "los países europeos acordaron reubicar a 160.000 solicitantes de asilo, incluidos 66.400 de Grecia y 39.600 de Italia. A la altura del 21 de marzo de 2016, 22 países habían ofrecido 7.015 lugares disponibles para los solicitantes de asilo para ser reubicados en el marco del programa, y ​​sólo habían sido reubicados un total de 953 solicitantes de asilo (384 de Italia y 569 de Grecia)". Expliquemos esto de nuevo: de  los 160.000 solicitantes de asilo que supuestamente debían ser reubicados, sólo 7.000 lugares han sido puestos a disposición, y sólo 950 han sido efectivamente reubicados ¡Y a ninguno de los gobiernos de la UE realmente le trae sin cuidado!

Además, los dos primeros días de la aplicación del acuerdo muestran lo que significa en realidad, una vez que se transfiere el papeleo desde la UE a la cruda realidad de una isla griega. El domingo 20 de marzo, refugiados de Lesbos fueron trasladados forzosamente, sin que nadie supiera realmente a dónde iban. Las agencias de ayuda y los voluntarios solidarios de los refugiados se retiraron del campo de Moira que se convirtió en un "centro de detención cerrado", en otras palabras, una prisión.

En este punto, las agencias de ayuda decidieron dejar de cooperar con el nuevo régimen. En una declaración muy fuerte, Médicos Sin Fronteras dijo: "Tomamos la difícil decisión de terminar nuestras actividades en Moria, ya que continuar trabajando en el interior nos haría cómplices de un sistema que consideramos que es injusto e inhumano." Y añade: "no vamos a permitir que nuestra asistencia sea instrumentalizada para una operación de expulsión masiva, y rechazamos ser parte de un sistema que no tiene en cuenta las necesidades humanitarias o de protección de los solicitantes de asilo y de los migrantes”.

Lo mismo ocurrió con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, quien dijo: "estos sitios se han convertido en centros de detención. En consecuencia, y de acuerdo con nuestra política de oposición a la detención obligatoria, hemos suspendido algunas de nuestras actividades en todos los centros cerrados en las islas”.

Esta es una postura para ser elogiada, pero también significaba que los refugiados que llegaban a la orilla de Lesbos, muchos de los cuales sufren de hipotermia, ya no tenían ningún sitio donde ir, ya que las agencias de ayuda habían suspendido el transporte al campo de Moria (ahora una prisión).

En la isla de Chios, cientos de refugiados recién llegados fueron internados en el centro de detención de Vial, sin acceso a comida ni agua suficientes, durmiendo sobre paléts de madera cubiertos de cartón y sin posibilidad de comprar tarjetas de teléfonos móviles SIM para ponerse en contacto con sus familias y amigos. No sólo son encarcelados, sino que también están aislados. Este video de Benjamin Julian da voz a los internos. Un informe completo se puede leer aquí y te hace hervir la sangre.

Lo peor de todo, los policías que vigilaban los centros de detención no tienen idea de cómo procesar a los refugiados y no hay servicios de traductores, abogados, etc. para hacerlo. "Todos los inmigrantes serán protegidos de acuerdo con las normas internacionales pertinentes y en el respeto del principio de no deportación", dice el acuerdo. La realidad es mucho más dura. "Va a ser una medida temporal y extraordinaria que es necesaria para  poner fin al sufrimiento humano y restablecer el orden público", añade el texto de la declaración de la UE sobre el acuerdo. La hipocresía es repugnante. El "orden público" es lo único que les importa, no el "sufrimiento humano". Y ya se sabe que cuando los capitalistas de la UE hablan del orden público, están hablando de alambres de púas, gases lacrimógenos, vallado electrificado, centros de detenciones inhumanos y guardacostas armados.

Está claro que un país como Grecia, en medio de 7 años de recesión profunda y prolongada, y con sus finanzas públicas atacadas por los vampiros chupasangres de la Troika, no puede hacer frente a esta situación y no tiene los medios para procesar individualmente miles de refugiados que continúan llegando a diario (incluso si aceptáramos que se tratara de un procedimiento humano). De hecho, el peso de la crisis de los refugiados, que la UE está descargando sobre su eslabón más débil, podría ser el acto  que empuje a Grecia al impago de su deuda. Para colmo de males, algunos políticos de la UE sugieren que en lugar de transferir los fondos a Grecia para que pueda proceder a poner en práctica los términos del acuerdo, ¡el dinero debe ser descontado del pago de la deuda griega!

Recordemos que estos son seres humanos, hombres, mujeres y niños, ancianos, así como bebés, algunos de ellos enfermos y heridos, que se han arriesgado al cruzar el mar traicionero entre Turquía y Grecia en barcos que apenas pueden flotar. Huyen de la guerra, del terrorismo y de la violencia. Muchos de ellos son la segunda oleada de refugiados que tratan de reunirse con los miembros de su familia que ya han hecho el viaje y que se han asentado en Alemania, Suecia y otros países. Ahora han llegado a Europa, donde esperan encontrar seguridad. En su lugar, han conocido los centros de detención y deportación forzada. Esto es lo que se quiere decir cuando la UE habla de  "acabar con el sufrimiento humano".

Uno de los aspectos más desagradables de la operación es la manera en la que se convierte a Turquía en un "tercer país seguro" donde los refugiados pueden ser deportados. Este es un país cuyo gobierno tiene un historial terrible de violación de los derechos humanos, contra libertad de expresión, y donde se mantienen a los refugiados en campamentos en condiciones de miseria absoluta. Sólo para dar un ejemplo, un reciente informe de la Fundación de Derechos Humanos de Turquía detalla cómo más de 200 civiles fueron asesinados cuando el gobierno impuso el toque de queda que afecta a 1,6 millones de personas en las zonas kurdas, solo entre agosto de 2015 y  marzo del 2016. Este es un país cuyos guardacostas han sido filmados atacando barcos inflables llenos de refugiados. ¡Por supuesto que lo hacen por instrucciones de la UE! La guardia costera griega ha hecho lo mismo antes, y la OTAN ha enviado buques de guerra al mar Egeo para hacer lo mismo.

Por supuesto, nada de esto molesta a los gobiernos de la UE, siempre cuando Turquía tome los refugiados a cambio de dinero. Esta es la misma UE que pagó a Gadafi en Libia para mantener a los inmigrantes subsaharianos en los centros de detención en nombre de la UE. En efecto, la UE está subcontratando sus fronteras a los regímenes autoritarios vecinos. Los refugiados son tratados como productos que se compran y venden en el mercado.

Mientras tanto, 12.000 refugiados, la mitad de ellos niños, están varados en el "campo" de Idomeni en la frontera con Macedonia, que ahora está siendo cerrado y rodeado por una valla vigilada por el Ejército. Miles de personas han estado viviendo en una piscina de barro después de que fuertes lluvias cayeran sobre las precarias tiendas y estructuras en el campo (ver video más abajo), y tres refugiados murieron cuando intentaban cruzar el río más abajo de la frontera, en un intento desesperado para continuar su viaje a un lugar seguro.

"La situación aquí es definida como  una crisis humanitaria", dijo el ministro de Salud griego Andreas Xanthos. También acá las agencias de ayuda se han retirado, en parte como un rechazo al tratado de la vergüenza, en parte, temiendo por la seguridad de su propio personal, en la medida que los refugiados son empujados cada vez más a luchar por recursos disponibles cada vez más escasos. "Hay personas que han estado aquí durante más de un mes y ahora están agotadas, y las necesidades médicas son enormes", dijo Aspasia Kakari, un representante de Médicos Sin Fronteras. Ya ha habido protestas en éste y otros campos en Grecia y la situación es extremadamente volátil.

Este acuerdo vergonzoso en cualquier caso, es probable que colapse tarde o temprano. Las personas que huyen desesperadamente de la guerra no se detendrán con la amenaza de la deportación. Van a encontrar nuevas rutas, probablemente los más peligrosas. Lejos de destruir "el negocio de contrabando de personas", esto hará que sea más rentable.

La inmensa mayoría de estas personas vienen de Siria, Irak y Afganistán, todos ellos países sumidos en guerras civiles de las que el imperialismo occidental es responsable. Cientos de miles, millones de ellos han huido de sus países, la mayoría de campos de refugiados en el vecino Líbano, Turquía, etc. Fue Angela Merkel quien el verano pasado dijo que los refugiados sirios que llegaran a Alemania serían bien recibidos, y por supuesto cientos de miles consiguieron el objetivo. Ese fue el último clavo en el ataúd para el tratado de Schengen, para las directivas de Dublín sobre el asilo y para la libre circulación de personas en Europa, ya que un país tras otro tomó medidas para evitar que los refugiados cruzaran sus fronteras. El conjunto de la política europea está en desorden puesto que diferentes gobiernos capitalistas se pelean para ver quién va a pagar la factura, financiera y políticamente.

Al sentir el aliento sobre su cuello del partido de extrema derecha anti-inmigrante Alternativa para Alemania, AfD, ahora Merkel tiene que aparecer como una persona "dura con los migrantes". No es por casualidad que ella estuviera tan apurada para  cerrar  el acuerdo con Turquía antes de las elecciones regionales alemanas. Al final no había ninguna diferencia, pero salen a relucir  los cálculos cínicos de los políticos burgueses para quienes el sufrimiento humano es tan solo dinero suelto.

Qué contraste con la reacción de la gente común y de los trabajadores en toda Europa. En la propia Grecia, ha habido un flujo masivo de solidaridad. De acuerdo con una reciente encuesta de opinión, el 85% dijo que los refugiados debían ser ayudados y el 55% dijo que habían hecho una contribución personal. Los trabajadores griegos han sufrido un recorte masivo en su nivel de vida en términos de salarios, pensiones, etc., de aproximadamente 30% a 40%, como resultado de las políticas de austeridad brutales impuestas por la troika. Aun así, proporcionaron ayuda y solidaridad a seres humanos. Una pareja de ancianos pensionistas que viven cerca del campamento de Idomeni salieron a proveer de agua limpia y limpiar las instalaciones para los refugiados que intentaban cruzar la frontera ¡Qué contraste con los podridos políticos capitalistas de la UE!

De hecho la llamada "crisis de los refugiados" es sólo un problema desde un punto de vista capitalista. Por supuesto, en un momento en que el capitalismo europeo está en crisis y los gobiernos de todo el mundo están aplicando duras medidas de austeridad para hacer que los trabajadores paguen por ello, es utópico pensar que los capitalistas  encontrarán en su corazón la forma de pagar la factura de la vivienda, la alimentación y la ropa de cientos de miles de seres humanos. Por el contrario, ellos estarán dispuestos a gastar miles de millones de euros en erigir vallas, patrullar los mares, subcontratar sus fronteras a terceros países, así como sacar provecho político al culpar a los  "inmigrantes ilegales" por el estado desastroso de los servicios públicos, cuyos presupuestos se ven reducidos sin piedad.

El amplio movimiento europeo de solidaridad con los refugiados que ya existe tiene que ir más allá de las tareas prácticas de la ayuda, y convertirse en un movimiento político de gran alcance que desafíe las raíces del problema: oponiéndose a las guerras imperialistas y al saqueo imperialista, que hace estragos en los países de los refugiados de donde están huyendo, además de señalar que hay suficientes recursos en la sociedad para proporcionar la ayuda necesaria a los refugiados y que éstos deben buscarse en las cuentas bancarias de las grandes corporaciones y bancos.

El vergonzoso acuerdo de la UE-Turquía debe ser rechazado con toda la fuerza. Si alguien tenía alguna ilusión en los mitos fundacionales de la UE (paz, cooperación, solidaridad,  libre circulación de personas), este acuerdo debe servir para disiparlas. La Unión Europea es y siempre fue un club capitalista, que está dirigido para los intereses de los capitalistas y los banqueros, y que está dominado por los más poderosos. Este acuerdo expone lo que esto significa en la práctica para los refugiados.

Los refugiados son bienvenidos aquí, debemos hacer que sean los capitalistas quienes paguen.

Abajo la guerra imperialista y el saqueo.

Abajo la podrida UE capitalista.

Abajo el capitalismo, que es la causa fundamental de la guerra y del sufrimiento de millones.