Entrevista a Celia Hart, revolucionaria cubana

La comunista cuba Celia Hart concedió esta entrevista al periódico de la corriente marxista El Militante, en la que habla sobre la publicación de los inéditos del Che, la presencia de la Fundación F Engels en la Feria del Libro de la Havana distribuyendo en otros los libros de Trotsky, la publicación de su primer libro y la importancia del reciente discurso de Fidel Castro sobre los peligros que acechan a la revolución cubana.   

‘Las tesis más importantes de Trotsky tienen que ver con la revolución cubana’

El Militante.— En la Feria del libro se han publicado escritos inéditos del Che, explícanos qué es y qué significado tiene esta publicación.

Celia Hart.— Después de más de cuarenta años, que se publiquen los escritos inéditos del Che es un hecho de gran trascendencia. En estos textos él hacía críticas al Manual de la Economía Política de la Academia de Ciencias de la URSS, editado por Stalin. El libro, precisamente, recoge críticas que muchos de nosotros habíamos planteado antes. Muchas de estas cosas se habían dicho en libros anteriores como el El pensamiento económico del Che de Carlos Tablada o El camino al Fuego de Orlando Pozuelo. Pero que aparezca un libro así, escrito por el Che Guevara, es como si estuviera en la feria, como si nos diera la mano en este empeño de poder realizar un socialismo sin Stalin por medio.

M.— Fidel Castro, el 17 de noviembre, pronunció un discurso en el aula magna de la Universidad de La Habana, que ha tenido mucha trascendencia en Cuba. ¿Puedes explicarnos brevemente lo fundamental de su contenido? ¿Qué conclusiones se pueden sacar y qué te parece más significativo de él?

H.— Para los revolucionarios ese discurso es sumamente importante. Fidel nos vuelve a convocar a la lucha. También, como en el discurso que él mismo hizo, el 8 de octubre de 1987, a los veinte años de la muerte del Che, hace un reclamo en el que insiste en que la revolución cubana puede ser reversible, que lo único que puede hacerla irreversible es todo el empeño que los revolucionarios del mundo pongamos en ella. En este discurso del 17 de noviembre de 2005, Fidel hace alusión a las clases que están surgiendo en este país y cómo pueden esas clases, junto con la corrupción, poner en peligro a la revolución y nos convoca a la lucha. Los revolucionarios del mundo tenemos que sentirnos incitados a la lucha al ver como el revolucionario más veterano vivo nos está convocando, con la energía de un muchachito, vestido de guerrillero, cuando nos dice que no es posible el socialismo con burocracia.

EM.— En la Feria del libro se han vendido dos libros tuyos. Una colección de tus artículos, publicado por la Fundación Federico Engels y, el otro es el libro sobre Haydée Santamaría que se llama Del Moncada a la Casa. ¿Cuál es la valoración que haces de esto?

CH.— Sobre el primer libro que mencionabas, Apuntes revolucionarios, quisiera dar un agradecimiento muy especial a la Fundación Federico Engels que ha tenido la “piedad” y el coraje de publicar este libro con todos mis errores, mis dudas, mis reflexiones con respecto a todos los aspectos de la revolución, que he venido haciendo durante los dos últimos años. Yo pensaba que el libro no podía quedar bien habiéndose hecho con tanta premura, pero después de todo... ¡no quedó tan mal! ¿No? El hecho de que a mucha gente le haya gustado refleja una comunión de estas ideas mías, todavía prematuras, inconclusas, con las de otro grupo de compañeros que las tienen más acabadas.

Esto puede significar que el socialismo, el verdadero socialismo, en Cuba y en el mundo, están absolutamente ligados, no como en otro momento se pensó.
El otro libro es un conjunto de reflexiones y cartas entre el Che y mi madre, Haydée Santamaría. Un libro está vinculado con el otro. Yo hago aquí una reflexión íntima partiendo de lo que mi madre le dijo al Che, que por encima de cualquier cosa, por encima de nosotros —que éramos sus hijos— estaba la revolución del mundo y, aunque yo creo que mi madre nunca leyó suficientemente a Marx ni a Trotsky, pienso que pocas personas en el mundo supieron lo que era la revolución permanente mejor que mi madre.

EM.— Este ha sido el segundo año que la Fundación Federico Engels ha puesto un stand en la feria y de nuevo hemos visto que lo que más se vendía eran los libros de Trotsky. Este año, además, se ha hecho la presentación de la edición cubana de uno de los libros de Alan Woods: Razón y revolución. ¿Qué importancia tiene para ti esto y que las ideas de Trotsky estén llegando a Cuba?

CH.— Estas son dos cosas que las quiero separar. Primero el libro Razón y Revolución del camarada Alan Woods. Es muy importante. Mi país tiene una cultura muy grande y es receptivo a ese libro. Dudo que haya, sin que me agobie ningún chovinismo, un público, en general, tan receptivo a un libro tan profundo con relación al materialismo dialéctico como Razón y revolución. Independientemente de las discrepancias concretas, técnicas o filosóficas, que se puedan tener con el autor con respecto a algún aspecto, es un libro de una relevancia, de una actualidad, de una impronta revolucionaria y una audacia que pocos pueblos, que pocos países que tengan la cultura que tiene el pueblo cubano, van a poder asumir en su totalidad, como ha hecho el pueblo de Cuba. Yo he estado en varias de sus presentaciones y no me sorprende ver como un pueblo, que hizo su revolución hace más de cuarenta años, puede apreciar como se asocian las verdaderas ideas del marxismo a las ideas de la ciencia. Es normal, me da un placer gigantesco.

Es un libro sobre el que yo creo que hay que reflexionar mucho más, que creo que hacen falta muchas más ediciones, ampliaciones, discusiones y Cuba es uno de los mejores escenarios para eso. Con respecto a los libros de Trotsky, eso me toca más desde el punto de vista sentimental. Todavía me siento como la cenicienta viendo como León Trotsky vuelve a salir del cascarón, vuelve a salir de ese lugar oculto donde lo quisieron tener, presentándose de pronto en la feria del libro de La Habana y mis compañeros jóvenes lo leen, lo compran y lo asimilan, compran todos sus posters y eso tiene que ver con que Trotsky tiene mucho que hacer en la revolución cubana, no solamente por las tendencias estalinistas o burócratas que lo quisieron negar, sino también por muchos sectores trotskistas, muchas organizaciones trotskistas que no quieren entender el papel de revolución permanente, de ideas trotskistas, que sin decirlas tiene la revolución cubana. Yo pienso que León Trotsky encuentra un sitio natural, no hay nada que impida que él esté aquí. Aquí se han cumplido y se siguen cumpliendo sus tesis más importantes, la revolución permanente, la tesis del desarrollo desigual y combinado; las tesis más importantes de León Trotsky tienen que ver con la revolución cubana y yo pienso que de ahora en adelante lo que nos queda a los que creemos en las ideas trotskistas y a las organizaciones trotskistas, es reconocer que la revolución cubana les pertenece, que no les pertenece y nunca les perteneció a los estalinistas.

La Habana, febrero de 2006