Desafíos y potencialidades del Congreso Fundacional de la APR: ¡Construyamos una herramienta de lucha!

Tras varios meses de discusiones y debates sostenidos en el seno de la Comisión Política Nacional de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), y del esfuerzo colectivo de las diferentes organizaciones nacionales que la integran, el pasado lunes 19 de abril tuvo lugar el lanzamiento público del Congreso Fundacional de la alianza, proceso que debe propiciar, durante varias semanas, el encuentro, la discusión y la articulación de activistas y líderes sociales de izquierda, con miras a construir un nuevo referente político al servicio de todas las luchas obreras y populares y con claras perspectivas de transformación revolucionaria de la sociedad.


FUENTE ORIGINAL

La APR nació a mediados del año pasado en un contexto electoral signado por un profundo reflujo social, traducido en desmovilización, apatía, despolitización de amplias capas desmoralizadas y baja participación en comicios de diverso tipo. Sin embargo, a pesar de las dificultades derivadas de la terrible crisis general que atraviesa el país y los innumerables ataques mediáticos del gobierno –que intentan vincular a líderes de la APR con la derecha y el imperialismo–, la alianza de izquierda ha logrado mantenerse en pie, superando las expectativas de sus adversarios que estimaron su desaparición luego de las elecciones parlamentarias del 6D.

Motivado a los ataques gubernamentales contra la APR, la censura e invisibilización a la que ha sido sometida desde su nacimiento, al proceso de reflujo social que también ha impactado a lo interno de las organizaciones que la conforman y –en nuestra opinión– a la falta de coordinación y clarificación política y programática, la APR aun no se ha convertido en un foco de atracción para amplios sectores populares y de izquierda. El objetivo inmediato de la coalición, en el marco del inicio del Congreso Fundacional, es construir una política coherente, sobre la base de la discusión democrática y en la lucha concreta codo a codo con las masas, capaz de atraer la atención y el interés de una capa importante de activistas sociales y de la izquierda chavista. Creemos que el primer paso para alcanzar tal fín radica en definir un programa revolucionario.

¿Por qué surge la iniciativa del Congreso Fundacional de la APR?

El Congreso de la APR ha surgido producto de la necesidad de agrupar y organizar a las distintas fuerzas políticas y sociales de izquierda, para resistir no solo los embates del imperialismo y sus lacayos contra el pueblo trabajador venezolano, sino también las medidas antiobreras y antipopulares tomadas por el gobierno nacional, el cual viene aplicando un severo ajuste económico de corte burgués, que condena a la austeridad a la gran mayoría de la población. De espaldas a sus bases sociales de respaldo, la burocracia Psuvista no deja de brindar todo tipo de muestras de buena voluntad al imperialismo para que flexibilice las sanciones –hasta ahora sin ningún resultado–, de promover toda clase de iniciativas de diálogo y concesiones a Fedecamaras y a Fedenaga, de recomponer la posición de los latifundistas en el campo y de abrirle paso a la llamada “burguesía revolucionaria”.

Claramente, estamos en presencia de una profunda crisis de la dirección del movimiento revolucionario en nuestro país. Esta crisis puede ser aprovechada por la APR para erigirse como referencia orgánica de la clase trabajadora, solo si ésta emprende una política revolucionaria acertada, en un proceso de acumulación de fuerzas, que ahuyente toda manifestación de oportunismo y brinde dirección y coordinación a las luchas del pueblo trabajador a nivel nacional.

Esta tarea se hace más cuesta arriba entendiendo las dificultades para construir un nuevo referente político de carácter socialista y antiimperialista, tras la bancarrota del reformismo gubernamental de otrora, que ahora claudica vergonzosamente a los dictámenes del capital. No obstante, los marxistas consideramos que la profundidad de la crisis capitalista mundial invalida cualquier solición burguesa inmediata al colapso económico-social de nuestro país. La izquierda consecuente debe agitar en torno a la necesidad de una salida revolucionaria a la crisis, pues esta es la única que puede preservar y proteger los intereses de los trabajadores. He allí la importancia de iniciar un proceso congresual que, entre tantas cosas, atraiga, haga nacer y propicie el agrupamiento de un nuevo liderazgo revolucionario desde abajo, dispuesto a luchar por el socialismo.

Por otro lado, la iniciativa congresual surge ante la imperiosa necesidad de cohesionar políticamente a las agrupaciones que conformamos la APR, de delimitar de manera clara y sobre la base de la amplia discusión los acuerdos y diferencias entre las organizaciones, de medir el nivel de convocatoria de nuestras fuerzas actuales, de coordinar de mejor manera nuestros cuadros a nivel regional y local, de atraer a la órbita de la alianza a aquellos sectores con los que podemos tener afinidades y coincidencias políticas, y de ir al encuentro de aquellos luchadores sociales dispuestos a integrarse a la APR.

¿Qué objetivos debe trazarse el Congreso Fundacional de la APR?

Como señalamos, la conformación de la APR fue a propósito de la coyuntura electoral parlamentaria del 2020. Si bien la alianza surgió esgrimiendo las banderas del antiimperialismo y el socialismo, hasta ahora no se han visibilizado mayores coincidencias políticas concretas en tanto la coalición no ha discutido y definido una perspectiva política nacional e internacional y un programa unitario, más allá del que cada organización promueve por separado. Ésta es una falencia a superar en el Congreso Fundacional, pues desde Lucha de Clases consideramos que la unidad de este sector de la izquierda no puede estar construida sobre la base del pragmatismo electoral, que suele ser campo abierto al arribismo, el carrerismo y el oportunismo.

Para Lucha de Clases es vital la clarificación política de dicha unidad, la cual debe partir de un balance y una lectura unitaria de las tendencias generales de la situación nacional e internacional, que derive en el acuerdo de un programa revolucionario, que no es más que una declaración de intenciones y objetivos de cara a la lucha inmediata del pueblo trabajador y oprimido, y sus alcances más profundos en torno a las tareas históricas de transformación socialista de la sociedad. El definir un programa unitario revolucionario, del cual se desprenda la estrategia y las tácticas de lucha, se promuevan liderazgos acordes al mismo y que conecte con las aspiraciones de la clase obrera y el pueblo –sobretodo con su capa de activistas y liderazgos avanzados–, es el mejor antídoto contra el oportunismo y el arribismo.

En este sentido, uno de los objetivos que debe proyectar el Congreso de la APR es impulsar la construcción colectiva de un plan y una agenda de lucha, que abarque distintos puntos como: la reivindicación obrera por un salario que al menos cubra las necesidades bssicas, por la derogación del memorándum 2792, por las recuperación de las prestaciones sociales y las pensiones, contra las privatizaciones, contra los desalojos arbitrarios de familias campesinas, por una genuina reforma agraria, contra la criminalización y judicialización de las luchas, por servicios públicos y de calidad, entre otros. De este modo, se buscaría unificar las fuerzas sociales, obreras y populares que se encuentran resistiendo los embates de la crisis, la oligarquía y la burocracia estatal de manera aislada. Una lucha defensiva bien encaminada debe organizar de mejor manera las fuerzas de la clase obrera, el pueblo pobre y sus vanguardias, toda vez que educa a todos estos sectores en la necesidad de trascender la insuficiencia del plano reivindicativo, para avanzar hacia la batalla política y con miras a que este proceso evolucione hasta una lucha de clases, de explotados y trabajadores contra explotadores y parásitos. Esta lucha no puede perder de vista que la mejor garantía para el alcance y preservación de conquistas, derechos y una mejora general en las condiciones de vida de las mayorías oprimidas, radica en la nacionalización de todas las palancas fundamentales de la economía, para la planificación racional de los recursos y la producción, bajo control obrero y popular.

¿A qué desafíos se enfrenta el Congreso Fundacional de la APR?

Lamentablemente son varias las dificultades a las que se enfrenta y debe superar el Congreso Fundacional de esta alianza. En principio, tenemos la profundidad de la crisis económico-social del país, que ha pauperizado la calidad de vida de los trabajadores en general y sus líderes sociales y políticos en particular, lo que ha distanciado y desmoralizado a gran parte de la vanguardia revolucionaria. Aunado a lo anterior, la pandemia de Covid-19 ha agudizado la desmovilización y el reflujo social a causa de los riesgos de contagio y las restricciones de movilidad, siendo parte de las limitaciones objetivas para la participación masiva de la población.

De la misma manera, la invisibilización y censura mediática a la que está sometida la APR para la difusión de sus ideas, sus debates y sus convocatorias, representa una adversidad muy fuerte a superar. Parte de ésto lo vimos en la campaña electoral del año pasado para las elecciones parlamentarias, donde, por instrucciones del gobierno, se invisibilizó a los candidatos de la coalición y hasta la tarjeta electoral del PCV. Las únicas menciones que se hacen de la APR en los medios públicos y privados son generalmente comentarios indirectos, difamatorios y satíricos, carentes de la más mínima base. Llama la atención que el TSJ, el 20 de abril, hiciera efectiva la condenable orden de suspensión de la programación y desalojo de las instalaciones de Radio Rumbos 670 AM, emitida en diciembre del 2020, justo antes de que se transmitiera una entrevista a Otto Van Der Velde, Secretario General del PRT, organización que forma parte de la APR. No está de más decir que tal fallo es repudiable y que como marxistas nos oponemos a cualquier medida que cercene derechos democráticos y fortalezca la posición del Estado burgués frente a los trabajadores.

Ahora bien, no solo existen dificultades en cuanto al contexto en el que se desarrolla el trabajo político de la APR. También pueden surgir escollos al interior del frente, como los peligros a ceder ante las presiones electoralistas, las cuales, sino se asumen de manera mesurada, pueden distraer nuestra atención hacia la consolidación de la alianza mediante el Congreso Fundacional. Un escenario adverso en este sentido puede favorecer la aparición de carreristas hambrientos de candidaturas y caegos, sin ningún interés en construir un referente político para la clase trabajadora y el pueblo, y también plagados de intenciones de deformar los objetivos de la alianza para sus fines oportunistas.

Pensamos que en este importante periodo, el Congreso Fundacional de la alianza es prioridad. Afortunadamente esta postura es asumida por buena parte de las organizaciones de la coalición. Nosotros no desdeñamos de los comicios. Aclaramos que los marxistas entendemos el hecho electoral como una táctica que puede ser necesaria para la acumulación de fuerzas, sobre la base de la difusión de las ideas y el programa revolucionario. Pero creemos que la participación electoral en si misma, por si sola, ante el poco interés actual de las masas por los procesos comiciales y sin que aún la alianza alcance la suficiente clarificación y cohesión programática, poco contribuirá con la necesaria edificación de una herramienta política al servicio de las luchas del pueblo trabajador, al menos en este periodo.

Si bien no todas las organizaciones que hacen parte de la APR son marxistas, es importante debatir sobre este punto en particular: un Congreso Fundacional bien encaminado a nivel político y organizativo, bajo un amplio debate y participación democrática, puede convertirse en una oportunidad para el desarrollo cualitativo, la atracción de nuevas fuerzas clasistas nacionales y regionales, y para la expansión de la influencia de la APR. Si bien es importante prepararse y anticipar con suficiente antelación un eventual proceso electoral, este hecho no puede desplazar al Congreso del centro de las prioridades actuales, sobretodo cuando en este momento ni siquiera se han renovado las rectorías del CNE y en consecuencia falta tiempo para que se publique el calendario electoral 2021 –para unos comicios que posiblemente serán establecidos para finales de año–. Con ahínco decimos que el presente nos llama al fortalecimiento político interno de la alianza.

La potencialidad de los Núcleos APR

En el acto del 19 de abril, se dio lectura al Llamamiento al Congreso, el cual hace referencia, de manera general, a la conformación de los Núcleos APR en todo el país, que están llamados a ser las instancias de agrupación territoriales (comunitarias, barriales y parroquiales) y/o sectoriales (trabajadores, campesinos, comuneros, jóvenes, mujeres, entre otros), para la discusión y el debate democrático de los documentos del proceso congresual, como lo son: el Manifiesto Político, las Líneas Programáticas y las Normas de Funcionamiento Interno de la coalición.

Los Núcleos APR tienen una enorme potencialidad: son un medio para la participación y la sumatoria de fuerzas de vanguardia, y en la medida en que éstas puedan debatir y generar aportes, enmiendas, adiciones o sustracciones a los documentos del Congreso, democratizarán la construcción de la APR como instrumento político de la clase obrera y el pueblo. Sin embargo, creemos indispensable que los Núcleos APR no solo deberian cumplir con esta importante función, también deben convertirse en agentes que activen las luchas populares en las localidades y en los distintos sectores sociales particulares, bajo una línea de clase y revolucionaria.

El proceso congresual a partir del establecimiento de los Núcleos APR, debe dejarnos un saldo orgánico a nivel nacional, que se traduzca en el despliegue de nuevas y mayores fuerzas para la incidencia política territorial y sectorial. Además, ésto nos debe servir para visibilizar y proyectar una capa de nuevos liderazgos a nivel nacional y regional, con ascendencia y reconocimiento del pueblo trabajador, gracias a su trabajo de empuje y construcción. Si este proceso se desarrolla de manera acertada y armoniosa, daríamos pasos firmes para reconstruir la esperanza de quienes no se ven representados por ninguna de las fuerzas políticas predominantes en el país y quienes desde la izquierda hoy se sienten defraudados por un gobierno y una dirección de espaldas a sus intereses de clase.

¿Qué papel debemos jugar los marxistas en el Congreso Fundacional de la APR?

Si bien nos encontramos frente a un panorama complejo, los revolucionarios tenemos razones de sobra para sentir optimismo de cara al futuro. No debemos parar nuestra lucha por defender las conquistas alcanzadas y recuperar el rumbo del proceso revolucionario en Venezuela. Desde Lucha de Clases, como organización que ha aportado en la construcción de esta alternativa revolucionaria, nos dedicaremos, en función de nuestras modestas fuerzas, a pujar por un desarrollo congresual de amplia discusión desde las bases, a tratar de incidir con perspectivas y líneas programáticas de un claro carácter de clase, develar en cada discusión las inviabilidad de cualquier salida burguesa a la crisis, luchar contra cualquier tendencia que pretenda desviar el rumbo de la alianza hacia el mero electoralismo o el oportunismo, mostrar coherencia consecuente para el empuje de las diversas luchas de las clases oprimidas, y levantar con orgullo las banderas del socialismo y la revolución mundial.

¡Construyamos una Alternativa Popular Revolucionaria!
¡Por un programa revolucionario!
¡Revolución o nada!
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