Asia

En estos momentos se está desarrollando la lucha más espectacular del pueblo de Sri Lanka desde el Hartal de 1953. La fuerza de esta lucha ha forzado la dimisión del gabinete. Los aliados del gobierno han declarado su "independencia" en el parlamento. Mientras tanto, Cabraal, el director del banco central, ha dimitido.

El levantamiento de enero en Kazajistán, y particularmente en Almaty, fue el suceso más notable en la memoria viva de la mayoría de los kazajos. En su discurso ante la sesión extraordinaria de la CSTO [Organización del Tratado de Seguridad Colectiva], el presidente, Kasim-Yomart Tokayev, la describió como “la crisis más grave en los 30 años de historia de la independencia”.

Este informe fue recibido esta noche [5 de enero] de nuestro corresponsal en Kazajistán luego de un apagón de Internet de 7 horas. De la noche a la mañana, las protestas que comenzaron contra la subida del precio del gas se han convertido en un levantamiento que ya ha provocado la dimisión del gobierno, pero que no muestra signos de ceder.

A continuación, publicamos el Editorial fundacional de The Struggle, una publicación marxista combativa de Myanmar vinculada la Corriente Marxista Internacional. En las condiciones brutalmente difíciles del país, un equipo de revolucionarios marxistas se las arregló para producir una revista en PDF, que están distribuyendo a través de su página de Facebook “Revolutionary Marxism” (que hasta ahora tiene cerca de 8.000 seguidores).

Después de una batalla que ha durado un año, los agricultores de la India han derrotado finalmente al gobierno derechista de Modi y a sus amos capitalistas, forzando la derogación de sus tres reaccionarias leyes agrícolas. Esta es una gran victoria para los agricultores, que se ha logrado a través de una lucha valiente, mantenida tenazmente desde septiembre de 2020.

En los últimos dos meses, el régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) ha tomado medidas drásticas que han conmocionado a la sociedad y han desatado una amplia especulación. El Estado ha disciplinado a una serie de grandes empresas privadas, al tiempo que ha instituido una amplia regulación de la industria del entretenimiento.

El 28 de agosto se celebró un gran acto de protesta de más de mil trabajadores de las zonas industriales de Korangi y Landhi de Karachi bajo la bandera del Comité de Solidaridad de los Trabajadores. Las principales demandas fueron la implantación del salario mínimo a 25.000 rupias, según lo anunciado por el gobierno de Sindh, la eliminación de la subcontratación y el cumplimiento de las leyes de seguridad industrial.

Con la caótica retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán desde principios de este mes, miles de afganos buscan ahora huir del país. Enfrentados a una crisis humanitaria sin precedentes de su propia creación, los políticos en los EE. UU. y Europa están derramando lágrimas de cocodrilo por las dificultades a las que se enfrentan los refugiados, mientras que, sin embargo, los abandonan a su sufrimiento.

Los caóticos y muy postergados Juegos Olímpicos de Tokio se inauguraron hace unos días. Los Juegos se llevan a cabo sin aficionados, y en medio de la desaprobación general de los trabajadores y jóvenes japoneses, que temen con justa razón el peligro de propagar el COVID-19, y están enfurecidos por los cínicos intentos de los empresarios de obligarlos a compensar su déficit de venta de entradas.

Hay una revolución en marcha en Myanmar. Las masas están mostrando un inmenso coraje frente a la brutal violencia de la junta militar. Los trabajadores y los jóvenes están dispuestos a defenderse y aliarse con las organizaciones de los grupos étnicos oprimidos. ¡Se debe organizar un levantamiento obrero armado y una huelga general indefinida para derrocar a la junta asesina!

Una poderosa muestra de ira y oposición al golpe militar iniciado a principios de febrero recorrió las calles de las ciudades de todo Myanmar el lunes 22 de febrero, cuando una huelga general paralizó el país, desde Myitkyina, en el norte, hasta Bhamo, cerca de la frontera con China, pasando por Pyinmana, en el centro.

El golpe de Estado en Myanmar ha desencadenado un movimiento de proporciones revolucionarias. La determinación de las masas de evitar que los militares tomen el poder se puede ver en el generalizado y creciente movimiento de huelgas y protestas que se ha desatado. La junta militar claramente subestimó el grado de oposición al que se enfrentaría.