Ante la primera victoria electoral, el FMLN debe confiar en la fuerza del pueblo salvadoreño y no entrar en alianzas con la burguesía

Este 2 de febrero se realizaron las elecciones en El Salvador, éstas han levantado muchas expectativas, teniendo una alta participación acudiendo a las urnas más del 50% de los electores. La izquierda venció con gran contundencia, sacando mayor número de votos en 13 de los 14 departamentos, solo perdiendo en Cabañas, un departamento rural de tradición conservadora aunque de poca población. Estos resultados demuestran que las masas quieren profundizar los cambios iniciados con el primer gobierno de izquierda de la historia, y que no quieren el regreso de los partidos burgueses que han significado violencia, hambre y corrupción.

Contundente triunfo del FMLN

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) obtuvo 48.93% de los votos, Alianza Republicana Nacionalista (Arena), su más cercano oponente, obtuvo 38.96% de apoyo. En tercer lugar con 11.44% se encontró la alianza de derechas Unidad. Otros dos pequeños partidos no alcanzaron ni el 1% de apoyo. El candidato del FMLN, Sánchez Cerén llegó a ser el principal dirigente de las FPL, una de los 5 grupos guerrilleros que conformaron el FMLN. Antes también, junto con quien años después sería la comandante Ana María, fue un destacado dirigente sindical de los maestros con ANDES 21 de Junio, ahora está acariciando la presidencia del país. 

Estas elecciones mostraron avances democráticos con respecto al pasado. Se facilitó el proceso con el voto residencial, además por primera vez pudieron votar los elementos del ejército y la policía. Si bien estos cuerpos armados juegan un papel reaccionario en su conjunto, los trabajadores con uniforme deberían tener los mismos derechos democráticos que el resto de la clase obrera, por eso el que puedan votar es un avance significativo. Otro paso importante es el derecho a que los salvadoreños voten desde el extranjero en su país de residencia, si bien en esta ocasión ganó la abstinencia en este sector, no se niega el carácter progresista de esta medida. Las presiones que impedían que trabajadores salieran de sus centros de trabajo para ir a votar, si bien existieron, fueron menores que en el pasado. En realidad las elecciones bajo el gobierno de izquierda han sido más democráticas que bajo Arena o cualquier otro gobierno de los partidos burgueses, lo cual echa por tierra esos argumentos de la derecha que hace años decían que con el FMLN gobernando solo reinaría el caos y la violencia.

Sánchez Cerén dijo que se están fortaleciendo las instituciones creadas después de los acuerdos de paz. No debemos olvidar que esos acuerdos fueron el resultado de la incapacidad de la burguesía por aplastar al movimiento revolucionario, pero también porque la clase trabajadora y campesina no fueron capaces de tomar el poder y acabar con el actual sistema. Los acuerdos de paz son una tregua y si bien saludamos todos los avances democráticos y sociales que se puedan dar dentro del actual sistema, los marxistas no perdemos de vista que el objetivo es acabar con este régimen de explotación incluyendo su Estado y sus actuales instituciones que no sirven para los fines de los explotados.

El FMLN obtuvo 300 mil votos más que Arena, superándolo con un 9.97%. En el 2009 fueron 60 mil votos con que se superó a Arena, con una diferencia de 2.54%.  El pasado 2 de febrero además de ganar en 13 de los 14 departamentos, el FMLN venció en el 72.5% de los municipios. Roberto Lorenzana, diputado del FMLN, dijo: "Es el margen más amplio, y la votación histórica más alta del FMLN". Esas palabras muestran lo contundente del triunfo, pero antes de echar las campanas al vuelo deberíamos analizar con un poco de más detenimiento lo ocurrido. Si bien se supera el número de votos del 2009 (ahora hubo un padrón electoral mayor), no se supera el porcentaje de votación. Hace 5 años se triunfó en la primera vuelta con el 51.27% de los votos en unas elecciones de gran participación popular y más adversas que las actuales. Aun cuando no se supera al 2009 este triunfo no es para nada menor, aunque se vio ensombrecido por que faltó obtener un 1.03% más de votos para ganar en la primera ronda. Esta victoria también se engrandece por la severa crisis de Arena.

La campaña de Arena

Estos son los primeros comicios desde la firma de la paz que se realizan sin que Arena esté en el gobierno. Este partido fue formado al inicio de la Guerra Civil, en la década de 1980, por la burguesía y la cúpula Estatal que controlaba los escuadrones de la muerte. Arena había gobernado durante dos décadas completas al país, esto representó una caída de los niveles de vida de las masas, la violencia ahora se manifestó a través de las pandillas con niveles de homicidios similares a los de un país en Guerra. Podemos incluso decir que su política económica, en cierto sentido, fue más cruel que la propia guerra civil, se puede ejemplificar diciendo que fue mayor la migración de salvadoreños al extranjero después de los acuerdos de paz que huían del hambre que en el periodo previo de guerra.

Su aparato electoral se vio mermado al no controlar Arena el Estado, también es evidente su pérdida de apoyo. Esto se puede mostrar en su deslucido cierre de campaña que fue en la plaza libertad juntando a algunos miles de seguidores, mientras que el FMLN congregó a 300 mil personas en su mitin de cierre de campaña.

Arena contrató los servicios del contrarrevolucionario de origen Venezolano, JJ. Rendón, para asesorarlos en su campaña. Mauricio Funes denunció que Rendón era un prófugo de la justicia acusado de agresión sexual en Venezuela, a lo que este último respondió con una demanda por 100 millones de dólares por difamación. Lo cierto es que el caso Rendón abonó a la derrota de arenera.

Norman Quijano, puso énfasis en el tema de la seguridad, tomó el lema de campaña del Juan Orlando Hernández, que recientemente robó las elecciones en Honduras. “Voy a hacer lo que se tenga que hacer” en el tema de la seguridad. Este es un problema profundo, las pandillas salvadoreñas siguen cobrando las vidas de miles de salvadoreños cada año y cobran extorciones que afectan a los trabajadores comunes, a los que tienen un pequeño negocio o incluso a grandes empresarios. Las dos pandillas salvadoreñas, MS y M18, establecieron una tregua de no agresión entre ellos, pero eso no ha significado ninguna mejora en seguridad para el resto de la población. Haciendo honor a su himno que dice: “Libertad se escribe con sangre”, lo que propone Arena es militarizar la seguridad pública, lo cual sabemos será usado no solo contra las pandillas sino también contra el movimiento popular, además que no elimina los problemas sociales enraizados en la pobreza del pueblo que generan el desarrollo de estos grupos. En el pasado planes de los gobiernos de Arena basados en la represión contra las pandillas como la Mano dura o la Súper mano dura no han acabado con este problema.

Un elemento que marcó un punto de inflexión en la campaña fue el caso Francisco Flores. El actual presidente, Mauricio Funes, desenmascaró al expresidente arenero quien recibió 10 millones de dólares en apoyo para ayudar a superar el terremoto del 2001 y que nunca llegara a su destino. Esto nos recuerda a Anastasio Somoza Debayle, quien en el terremoto de Nicaragua de 1976 actuara de forma similar robándose el apoyo económico, mostrando su total desprecio hacia el pueblo al que no le importaba su sufrimiento, esto fue el inicio del fin que culminaría con su derrota con la revolución de 1979. En El Salvador, el pueblo también comienza a tomar venganza de tantos años de explotación y desagravios.

Francisco Flores ha tenido que comparecer ante el parlamento por su actuar y ha intentado huir del país, todo esto ha abonado a desprestigiar aún más a Arena. Este caso ha refrescado la memoria de los trabajadores salvadoreños y dio un fuerte impulso a la campaña del FMLN, estaba claro que no se debía permitir el regreso de Arena al poder. Finalmente los tribunales le han dado un amparo y ha conseguido evadir la justicia huyendo en helicóptero del país, lo que habla que las instituciones existentes están muy distantes de proteger los intereses del pueblo y siguen favoreciendo a los poderosos.

Arena ha ido de un tropiezo a otro, está sumido en una crisis y desmoralizado, así es como se presentarán a la segunda vuelta.

Unidad

La tercera fuerza en contienda fue Unidad, una alianza de derechas conformada por el Partido Concertación Nacional, el Partido Demócrata Cristiano y Gran Alianza de Unidad Nacional (GANA), este último surgido de una escisión de Arena después de su derrota en 2009 y que postuló al ex arenero, ex presidente y ex comentarista de deportes Antonio Saca. 

Tenemos que hacer memoria, Antonio Saca fue un fiel sirviente del imperialismo estadounidense, mantuvo una política de rechazo a la revolución cubana y venezolana. Dio continuidad al apoyo a la guerra en Irak, que había iniciado con el gobierno anterior de Flores. Envió tropas a combatir a ese lejano país. Gracias a Wikileaks se sabe que el envió de tropas fue para mantener su cercana amistad con Bush y agradecerle por el apoyo que EEUU dio a El Salvador durante la guerra. Si bien puede parecer simbólico que un pequeño país centroamericano mande apoyo al mayor ejercito del mundo, no olvidemos que aquí se vivió una sangrienta guerra que dejó mucha experiencia contrainsurgente.

La política exterior solo es la continuación de la política interior. Antonio Saca mantuvo una política represiva contra el movimiento de los trabajadores y la juventud.  Durante su gobierno las extorsiones y los homicidios estuvieron en constante ascenso. Cuando él entró había un promedio de 8 asesinados al día y cuando salió del gobierno eran entre 10 y 11. El Salvador bajo Antonio Saca se convirtió en el país más violento del continente. Los niveles de vida cayeron aún más, se sufrieron fuertes devaluaciones que afectaron gravemente productos tan básicos como el frijol. Algunas familias tenían que decidir si mantenían tres comidas al día o las reducían a dos. 

Antonio Saca ahora aparece con un discurso un poco menos a la derecha que el de Arena. Han sido tan populares los programas sociales del actual gobierno que él demagógicamente ha planteado combatir la corrupción, la pobreza, la inseguridad y apoyar a la salud pública. Nada de lo que hizo en su presidencia.

Después de que se supo que al FMLN no le alcanzaría para ganar en la primera vuelta, Saca se ofrece como moneda de cambio. Unidad se ha formado como una alianza electoral y cada partido buscará venderse a quien les de mejores concesiones.

El gobierno de Funes y la necesidad de profundizar los cambios

Hace 5 años el pueblo se volcó a las urnas a dar el triunfo a un gobierno con el que aspiraban a acabar con la pesadilla arenera y a realizar los cambios para vivir en un mejor El Salvador, desterrando males como el hambre y la violencia. Pero el nuevo gobierno estableció una alianza entre empresarios y trabajadores. El gobierno de Funes se ha visto presionado tanto por unos como por otros.

Es verdad que la situación no era simple, Arena dejó al país y al Estado en la bancarrota y con una enorme deuda. En condiciones así, sino se aplicaban medidas revolucionarias se tenía que hacer concesiones. El gobierno ha tenido que recurrir al endeudamiento y con ello funcionar y realizar programas sociales. Durante el debate electoral que se trasmitió en vivo en los medios de comunicación, el presentador daba el dato de que la deuda actual es el triple que en el 2008, llegando a 14 mil millones de dólares.  Claro que quienes prestan el dinero ponen condiciones que impiden que el cambio realmente acabe con la explotación y la desigualdad, pues eso significaría atentar contra los intereses de la oligarquía y el imperialismo. 

El mismo gobierno de Funes, aunque ante la oposición del FMLN, mandó tropas a apoyar la guerra de EEUU en Afganistán. Pero también abrió relaciones formales con los gobiernos de izquierda de América Latina, por primera vez se ha instalado una embajada de Cuba en El Salvador desde el triunfo de la revolución de 1959. Esto demuestra las presiones de uno y otro lado.

Ha habido programas muy buenos como el de los uniformes y alimentos para los niños que cursan el nivel básico de estudio. Cuando se vive al día estas son grandes conquistas. En el sector salud mientras que antes se destinaba 350 millones de dólares del gasto social, este gobierno ahora destina 650 millones. Se han eliminado cuotas en salud y creado centros de atención integral para las mujeres en 5 departamentos. Sánchez Cerén plantea profundizar estos programas, llevar Ciudad Mujer a los departamentos que aún no cuentan con este servicio, aumentar el presupuesto a educación de 3.4 a 6%, aumentar los salarios, etc.

Es necesario un auténtico programa socialista

El gran problema que hay en El Salvador es que existe una oligarquía rapaz, fiel sirviente de los imperialistas, que mantiene al pueblo en la mayor miseria. Los niveles de explotación son enormes. Cuando la clase obrera y campesina ha despertado a la lucha siempre se le ha combatido con la violencia más brutal. Nuestra historia está plagada de masacres. Esta polarización de clases llevó a una Guerra Civil que se extendió por 12 años. Se consiguió acabar con la dictadura militar, pero no eliminar al sistema capitalista que ha provocado estas atrocidades. La tarea de llevar adelante la revolución socialista en El Salvador sigue pendiente. Mientras no se acabe con los privilegios de la oligarquía solo se conseguirán migajas para el pueblo.

La burguesía ni siquiera está dispuesta a pagar impuestos. Sánchez Cerén ha planteado que las reglas del juego no cambiarán y se esfuerza por mostrar que El Salvador presenta las suficientes garantías para que los capitalistas inviertan. Habla de la necesidad de aumentar la productividad, de que los trabajadores se esfuercen en trabajar más y exhorta a los empresarios a aumentarles sus salarios. Valdría la pena releer los textos básicos de Marx y recordar el ABC del funcionamiento de este sistema, que busca la mayor extracción de plusvalía, es decir que hay una lucha constante de los capitalistas por mantener en el más bajo nivel los salarios para aumentar sus ganancias. Lo que en realidad se debería de hacer es tener una posición clara a favor de la clase obrera y del resto del pueblo salvadoreño. 

Se puede argumentar que no hay una correlación de fuerzas favorables, pero si el gobierno de izquierda toma medidas más sustanciales a favor de los trabajadores, estos lucharán por defenderlo de los ataques y por profundizar aún más el proceso. Decretar un aumento al salario mínimo de 300 dólares mensuales sin duda que levantaría gran apoyo, a la par se debería fortalecer las organizaciones de los trabajadores profundizando la sindicalización, pero esto solo debería ser el inicio. El nuevo gobierno debe apoyarse en la fuerza organizada de los trabajadores y con ello avanzar en leyes que nos favorezcan, imponer altos impuestos a los empresarios y expropiar las empresas de quienes evadan al fisco poniéndolas a funcionar bajo control obrero y propiedad estatal. Esto podría demostrar en la práctica que es posible el funcionamiento de la economía sin necesidad de los parásitos capitalistas. 

A la larga solo si se consigue la expropiación de las grandes concentraciones de tierras, de las grandes industrias y la banca y el establecimiento de una economía planificada se podrá salir del actual caos, de lo contrario solo se administrará a un capitalismo en ruinas, incapaz de solucionar de fondo los problemas de las amplias masas empobrecidas.

Se puede argumentar que estas medidas llevarían a ataques de los imperialistas, quienes cortarán el apoyo económico. Esto es verdad, pero la clase trabajadora solo puede confiar en sus propias fuerzas y en las de sus hermanos de clase a nivel internacional. El establecimiento de una economía socialista eliminaría el desempleo y sentaría las bases para erradicar de una vez por todas las lacras del hambre, explotación y violencia. Esto sería un ejemplo a seguir y podría reanimar a la revolución venezolana y latinoamericana en un primer momento, quienes seguirían nuestro ejemplo, pero en la actual situación una revolución socialista triunfante, incluso en un pequeño país como El Salvador podría ser el ejemplo para la revolución a nivel internacional. Ahora la revolución no va de un país a otro sino de un continente a otro.

Se puede también argumentar que la revolución socialista no está a la orden del día ahora, porque primero se necesita el establecimiento de una democracia más plena y el desarrollo de la industria, que la etapa actual es el de la revolución democrática rumbo al socialismo. Pero la burguesía ya ha tenido 200 años para cumplir estas tareas y no lo han hecho. ¿Lo harán ahora? ¿Basta con exhortarlos para que inviertan en el desarrollo del país? Esto va en contra de la realidad histórica, en Rusia en 1917 o en Cuba en 1959, fueron los trabajadores en el poder quienes llevaron adelante estas tareas bajo el establecimiento de economías planificadas. La clase trabajadora solo puede confiar en su propia fuerza y en nadie más.

¿Gobierno de unidad nacional o gobierno de los trabajadores?

El FMLN tenía preparado un gran festejo en el redondel Masferrer en la noche del 2 de febrero, al final al no alcanzar más del 50% se desmovilizó a la militancia, aun así algunos miles se congregaron y varios dirigentes del FMLN tomaron la palabra. Finalmente llegó la fórmula presidencial. Las primeras palabras de Sánchez Cerén fueron. “Schafik, lo logramos”, luego para no dejar paso a dudas pregunto a los asistentes. “¿Quién ganó las elecciones? ¿Qué partido es el que ha triunfado? El FMLN”. Hace 5 años se dijo que fue gracias a la alianza con Mauricio Funes que se pudo ganar. Muchos militantes han esperado el tener un gobierno claramente efemelenista para ahora sí, llevar adelante cambios profundos.

Pero el ex comandante Leonel continuó su discurso diciendo que ese triunfo era también posible gracias a las fuerzas que lo apoyaron, como los empresarios. Un militante desde abajo lo interrumpió y después de tartamudear un poco, Cerén dijo también: Claro que es gracias al apoyo de los obreros y campesinos, ustedes han estado desde el principio, han estado siempre con nosotros.

Pero sin quitar el dedo del renglón dijo que su gobierno sería incluyente y sumaría a las distintas fuerzas políticas que lo apoyaron. Este será un gobierno de unidad nacional, dijo. Querer conciliar los intereses de la clase obrera y la burguesía es como querer mezclar el agua con el aceite. No necesitamos un nuevo gobierno de conciliación de clase, mucho menos cuando ha quedado claro que ha sido el partido de los trabajadores quien consiguió la victoria, lo que se requiere en un gobierno obrero a favor de las amplias masas de trabajadores, campesinos, desempleados, amas de casa, estudiantes, clase media… 

Confiar en la fuerza del pueblo trabajador para ganar el 9 de marzo

En su discursó en el Masferrer dijo lo que minutos antes había revelado en conferencia de prensa, que el candidato de Unidad, Elías Antonio Saca, le había llamado para felicitarle. Dijo que pedirían su apoyo y que por supuesto que ellos también estarían incluidos en el nuevo gobierno. Todo mundo sabemos bien quien es Antonio Saca, ¿Lo queremos incluido en el gobierno? ¿La presencia de los partidos burgueses de Unidad en el gobierno beneficiará al pueblo salvadoreño o obstaculizará los cambios?

La dirección del FMLN debe confiar en la fuerza de los obreros y campesinos salvadoreños, ellos saben bien que este es un pueblo revolucionario que ha respondido favorablemente en los momentos más duros de la lucha. Después de unas elecciones tan victoriosas como las pasadas, donde además Arena está en crisis ¿Por qué no confiar en que se les puede volver a derrotar sin ayuda de nuestros viejos enemigos? Por supuesto que debemos buscar el apoyo de los electores de Unidad e incluso de aquellos trabajadores confundidos que han votado por Arena, pero eso se consigue no por acuerdos cupulares, sino demostrándoles a ellos que este gobierno va a realizar los cambios profundos que necesitan. Los discursos de conciliación con los empresarios en vez de ayudar confunden a los trabajadores. Lo que le falta a la campaña del FMLN es un auténtico programa socialista que explique cómo resolverá los problemas concretos y más sentidos del pueblo salvadoreño. Debe demostrar que está dispuesto a ir hasta el final y la clase obrera responderá en consecuencia.

Los partidos que conforman Unidad se venderán a quien les ofrezca más garantías, si se llegase a concretar la unidad de algunos de ellos con el FMLN solo pondrán más obstáculos en el futuro para profundizar los cambios. Por eso debemos oponernos firmemente a una alianza sin principios con ellos. Nuestra alianza debe ser con las organizaciones sindicales, con las organizaciones sociales, estudiantiles y campesinas.

El regreso de Arena sería una pesadilla para las masas y no debemos permitir que esto pase. La perspectiva más probable del 9 de marzo será un nuevo triunfo del FMLN. Debido a la actual política de la dirección, este gobierno seguirá bajo presiones de dos fuegos, es deber de los militantes del FMLN y del pueblo salvadoreño velar porque se aplique un programa claramente a favor de los trabajadores, un programa socialista. Estos enormes avances del FMLN son producto de una larga trayectoria de lucha, detrás de nosotros han quedado miles de compañeros caídos. Por estos caídos juramos vencer, pero vencer significa acabar de una vez por todas con el sistema capitalista de explotación y materializar la revolución socialista. El FMLN en el gobierno no debe olvidar estos ideales, no debe adaptarse al sistema sino seguir luchando por su derrocamiento. 

Recomendamos leer nuestro artículo de 2009, escrito después de la victoria de FMLN

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