Oriente Medio

Como explicamos en varios artículos, el actual régimen en Irán, lejos de ser “progresista” es en realidad profundamente reaccionario, oprimiendo sistemáticamente los derechos de los trabajadores y pobres. Desde el mes de junio del año pasado, los trabajadores y jóvenes de Irán han protagonizado un movimiento contra los crímenes de la dictadura islámica. Ponemos a la disposición de nuestros lectores una traducción del último artículo de nuestros camaradas marxistas en Irán que analiza la situación en el país y las tareas del movimiento revolucionario.

La Flotilla de la Libertad, organizada por la fundación humanitaria turca IHH (Insani Yardim Vakfi), la Campaña Europea para Acabar el Asedio de Gaza (ECESG), la campaña griega y la sueca ‘Barco a Gaza’ y el Free Gaza Movement, ha sido la mayor acción coordinada realizada hasta el momento para intentar ofrecer ayuda humanitaria al pueblo palestino asediado en Gaza desde hace años, ante la pasividad de la ONU y del resto de la comunidad internacional institucional.

Los acontecimientos recientes en Irán han remarcado el hecho de que el movimiento desatado en junio no fue un hecho aislado. Marcó el comienzo de un proceso revolucionario que no se detendrá hasta que este régimen tan repudiado sea derrocado. Ha habido alzas y bajas, pero la dirección es clara. Lo que el movimiento de masas requiere ahora es la intervención decisiva de la clase trabajadora organizada. Esto es en lo que los marxistas insisten en la situación actual.

En los últimos días estallaron de nuevo manifestaciones masivas en Irán. Millones salieron a las calles y llegan noticias de gente tomando el control de las calles, comisarías de policía ardiendo e, incluso, de policías que se niegan a disparar contra los manifestantes. Estos pueden ser los últimos días del odiado régimen de la República Islámica de Irán. Si estuviera presente una dirección revolucionaria, podrían contarse las horas de la República Islámica. Publicamos este artículo con una gran cantidad de informes de testigos sobre el terreno.

El 4 de noviembre Irán se vio sacudido de Nuevo por manifestaciones de masas. Normalmente este día es utilizado por el régimen para celebrar el aniversario de la ocupación de la embajada norteamericana en Irán. Las masas utilizaron ese día para movilizarse contra el régimen, gritando consignas como: "Muerte al dictador", revelando un deseo más profundo de ver el final de este régimen.

La visita del presidente de la República Islámica de Irán, Ahmadinejad, a Bolivia ha despertado la histeria de la prensa reaccionaria en el país y en el extranjero. Quizás el caso más escandaloso es el de Maria Anastasia O’Grady que escribe un artículo en el Wall Street Journal con el título de “El fin de la democracia boliviana”. Artículos y editoriales similares han aparecido en toda la prensa capitalista en Bolivia.

El 18 de septiembre de 2009 hubo manifestaciones masivas en Irán que confirman que el movimiento contra el fraude electoral no está muerto. Este movimiento sacudió a la sociedad iraní y, aunque haya altibajos, continuará hasta que se derribe el denostado régimen actual. La cuestión clave para nosotros es el papel de la clase obrera y la necesidad de una verdadera dirección revolucionaria.

La semana pasada presenciamos un espectáculo público en Irán que revelaba la resistencia del movimiento de masas, pero más importante aún, mostraba divisiones serias en la cúpula del régimen, un acontecimiento precursor de una crisis aún más profunda. Lo que hace falta ahora es que la clase obrera de un paso al frente como fuerza capa de dirigir a todo el movimiento y derribar el régimen.

Lo que estamos presenciando en Irán es una verdadera revolución popular. Sin embargo, para poner su sello en el movimiento la clase obrera debe participar en la primera línea. El movimiento se mantendrá o caerá en el grado que la clase obrera sea capaz de dirigirla.

El fraude electoral en las elecciones presidenciales de Irán, el pasado 12 de Junio, ha desatado en las calles una impresionante oleada de movilizaciones mostrando el enorme descontento de la población iraní contra la dictadura fundamentalista.

El sábado 20 y el domingo 21 de junio, el movimiento de masas en Irán dio otro paso adelante. Después de toda una semana de manifestaciones ilegales, el líder supremo Alí Kamenei ha dejado claro que no permitirán más protestas, que se utilizará toda la fuerza del aparato represivo. Eso no ha parado al movimiento. Durante los dos días, miles salieron a las calles y cuando la policía y otras fuerzas represivas intentaron detener la manifestación, la población luchó, en algunos casos la policía tuvo que retirarse. Nada será igual después de este fin de semana.

La revolución bolivariana e Iran
Es comprensible que para muchos revolucionarios en Venezuela, una situación en la que la oposición denuncia fraude electoral y en la que ésta denuncia recibe el apoyo de las potencias imperialistas y que además se producen manifestaciones en la calle contra los resultados electorales, pueda llevar a establecer paralelismos con situaciones que hemos vivido durante la revolución bolivariana.

Cuando llegan noticias sobre los enfrentamientos entre manifestantes y la policía en Teherán, está claro que el movimiento contra el fraude ha alcanzado un punto crítico. El discurso de Kamenei ayer arrojó un guante al movimiento y amenazó con repercusiones si continuaban las protestas, pero la clase obrera organizado ahora se ha unido a la lucha contra el régimen.