Europa

Han pasado casi cuatro décadas desde los dramáticos acontecimientos del 23 de febrero de 1981, y aún permanecen grabados en mi memoria como si hubieran sucedido solo ayer. Había vivido en España desde enero de 1976, cuando participé en la lucha clandestina contra la dictadura de Franco.

El domingo 14 de enero de 2018, decenas de miles de activistas de diferentes organizaciones sindicales y de izquierdas acudieron al cementerio socialista de Berlín, en el barrio oriental de Friedrichsfelde, para conmemorar el aniversario del asesinato de los destacados revolucionarios y marxistas alemanes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ocurrido el 15 de enero de 1919.

El sábado 13 de enero, decenas de miles se manifestaron contra el nuevo gobierno austriaco del conservador ÖVP y el nacionalista de derecha FPÖ en lo que se llamó una "bienvenida de año nuevo para el nuevo gobierno".

La clase dominante y su aparato de Estado están decididos a hacer cualquier cosa para dar un escarmiento al independentismo catalán e impedir la investidura de Puigdemont como President de la Generalitat. Para ello, están pisoteando sus propias leyes en una deriva autoritaria que también apunta contra los movimientos de lucha y resistencia de la clase obrera que se dibujan en el horizonte. Si la excusa para violentar su propia legalidad burguesa es la “situación excepcional” catalana, ¿cuánto más no van a justificar mañana acciones similares y más graves cuando tengan lugar, a su entender, “situaciones excepcionales” en el resto del Estado?

El régimen neofranquista español fracasó en su objetivo de impedir la mayoría absoluta del independentismo catalán en el Parlament y desalojarlo de la Generalitat. No obstante, alardea de haber disciplinado a los dirigentes de ERC y del PDECAT para que abandonen la vía del independentismo unilateral, y se felicita por haber establecido una cabeza de puente reaccionaria en las zonas obreras de mayoría castellanohablante, principalmente a través de Ciudadanos. Sin duda, pretenden estimular un enfrentamiento entre los trabajadores catalanes en líneas nacionales. Este es un enorme peligro que los obreros españoles y catalanes deben combatir firmemente.

El 21 de diciembre tienen lugar unas elecciones trascendentales en Catalunya. La burguesía española, y con ella el régimen que la sustenta, han lanzado una campaña feroz para tratar de impedir una mayoría independentista en el Parlament. Aparte de la demonización del independentismo en todos los medios de comunicación, la represión del Estado con la intervención de la autonomía catalana a través del artículo 155 de la Constitución, la detención de la mitad del Govern y de los Jordis, y la denuncia de “sedición” contra los consellers, Puigdemont y la mesa del anterior Parlament, tenemos una campaña desvergonzada de chantaje y terrorismo económico contra la población, con la amenaza de

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Nos enfrentamos a unas elecciones que, como decimos desde la CUP, son ilegítimas e impuestas dentro del marco represivo y autoritario del 155. Tienen lugar después de semanas  de encarcelamientos e intimidaciones y después de la jornada de la violencia policial sin precedentes del 1-O. Esta represión no solo ha golpeado a los dirigentes de JxSí y de la ANC y  Òmnium, que representan los casos más visibles y dramáticos, sino el campo soberanista en general y las instituciones de la Generalitat. Ha habido una avalancha de imputaciones y de amenazas que buscan generar un clima de miedo.

Ayer, 29 de noviembre, se celebró en Vitoria-Gasteiz un evento en conmemoración del centenario de la revolución rusa y a su vez de presentación del libro Stalin, de León Trotsky, editada por Lucha de Clases. Evento en el cual contamos con la presencia de Alan Woods, uno de los dirigentes de la Corriente Marxista Internacional.

Alan Woods culmina su breve gira por el Estado español visitando Barcelona, donde ofrecerá dos actos públicos hoy jueves 30 de noviembre y mañana viernes 1 de diciembre. El primero tendrá lugar en el campus del Raval de la Universidad de Barcelona, junto con el prestigioso historiador Pelai Pagès y el profesor Miguel Candel; y el viernes, en Cotxeres Borrell en el barrio de Poble Sec junto al activista, abogado laboralista y candidato de la CUP al Parlament, Vidal Aragonés.

Después de los exitosos actos de presentación del "Stalin" de Trotsky en Madrid, el teórico marxista británico y editor de la obra, Alan Woods, hará la presentación de la misma este miércoles 29 de noviembre en la capital de Euskadi, Vitoria-Gasteiz.

En el mediodía de hoy martes 28 de noviembre se celebró en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, la conmemoración del centenario de la Revolución Rusa de 1917 y la presentación del libro “Stalin”, la gran obra inconclusa de León Trotsky editada por Lucha de Clases, actualizada y aumentada en un 40% con material inédito de gran valor teórico y político.

Ayer lunes 27 de noviembre tuvo lugar el primer acto de presentación en el Estado español de la obra maestra inacabada de Trotsky sobre la biografía de Stalin. El acto se desarrolló en la sede del Club de Amigos de la Unesco de Madrid (CAUM) en la histórica calle Atocha de la capital. La sala estuvo llena con cerca de 70 personas.

La próxima semana se presentará en el Estado español la edición española de la nueva versión de la obra maestra inacabada de Trotsky, Stalin; como parte de nuestra actividad para conmemorar el centenario de la Revolución Rusa. Esta versión incorpora más de un 30% de material inédito en inglés y ruso encontrado en los Archivos de Trotsky de la Universidad de Harvard. Alan Woods, el editor de la obra y traductor del material en ruso, estará presente en el Estado español para presentar esta edición, comenzando por Madrid los próximos días lunes y martes.

Este año es el 97º aniversario de la ofensiva de Kiev de 1920 por el ejército polaco y la derrota decisiva de las tropas soviéticas en la Batalla de Varsovia: un acontecimiento de gran importancia histórica que marcó un punto de inflexión en el curso de la revolución europea. Este frente de la Guerra Civil rusa fue una prueba grave e importante para el partido bolchevique, que provocó un debate sostenido e intenso entre sus filas.