Europa

La crisis sanitaria generada por la epidemia del coronavirus COVID-19 ha puesto el planeta patas arriba y alterado la vida cotidiana de cientos de millones de personas, particularmente en los países capitalistas desarrollados y China, origen de la infección. Cierre de extensas áreas geográficas y de ciudades, suspensión de clases en todos los niveles de la enseñanza, limitaciones a la actividad laboral en numerosos sectores, prohibición gubernativa de reuniones masivas y de manifestaciones, reducción significativa de la vida social y cultural, entre otras, son las consecuencias de una epidemia que afecta a más de 130.000 personas en todo el mundo y que ha dejado hasta el momento cerca

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El siguiente artículo, publicado originalmente el 26 de febrero por Sinistra classe rivoluzione, critica la respuesta del gobierno italiano a la epidemia de coronavirus. En lugar de informar al público y proteger la salud pública, el gobierno ha creado un pánico innecesario, promulgado medidas ineficientes y suprimido los derechos de huelga y de reunión pública.

El último brote de coronavirus ha causado la mayor ola de pérdidas en las bolsas mundiales desde 2008, eliminando 5 billones de dólares de los valores de las acciones en todo el mundo. A los mercados les preocupa que el virus tenga un grave impacto en una economía mundial ya débil. Estos temores no son infundados.

A las doce en punto del mediodía del día 30 de enero las manifestaciones convocadas por la Carta Social iniciaban su marcha multitudinaria por las calles de las capitales vascas e Iruña-Pamplona. Simultáneamente, se celebraron manifestaciones en otras cuatro capitales comarcales como Eibar, donde la manifestación fue calificada de histórica, junto a Tafalla, Estella y Tudela. Según los sindicatos convocantes la asistencia fue de 50.000 en Bilbao, 35.000 en Donostia, 35.000 en Iruña-Pamplona y 25.000 en Vitoria-Gasteiz. Por la tarde se repitieron las manifestaciones con similar asistencia en las capitales y comarcas.

In Defence of Marxism (la web de la Corriente Marxista Internacional) ha hablado con Leonid Shaidurov: un joven activista de 17 años que ha desempeñado un papel destacado en Rusia en el movimiento de huelgas escolares por el clima. Ha ayudado a organizar a los estudiantes en las escuelas y es miembro tanto del consejo de coordinación de Fridays for Future a nivel internacional como del comité de organización en Rusia. Aceptó ser entrevistado para dar consejos a los estudiantes de las escuelas que desean construir el movimiento en torno al cambio climático.

En los últimos meses, la monarquía británica se ha visto envuelta en una crisis cada vez mayor, un síntoma de la crisis del capitalismo. Primero tuvimos la suspensión del parlamento con la aprobación de la reina Isabel II, luego la entrevista catastrófica del Príncipe Andrés donde trató de eludir sin éxito su implicación en el turbio asunto de Jeofrey Epstein sobre prostitución infantil, y ahora la crisis del "Megxit" donde la joven pareja formada por el príncipe Harry y su esposa Meghan han decidido desvincularse de la familia real. ¡Hay que derrocar esta reliquia feudal!

Por tercera semana consecutiva, trabajadores franceses de docenas de profesiones (conductores de trenes, maestros, médicos, enfermeras, bomberos, trabajadores de fábricas, ¡incluso cantantes de ópera!) colgaron sus herramientas y salieron a las calles, junto a cientos de miles de seguidores, para oponerse al reaccionario régimen de Macron. Si bien el gobierno ha estado minimizando la participación, alegando que solo 600,000 participaron, las protestas fueron al menos tan grandes como el 5 de diciembre. La federación sindical de la CGT afirma que eran aún más grandes, citando una cifra de 1.800.000 manifestantes, lo que sería la mayor movilización desde 1995.

Todos los reaccionarios están cacareando. Donald Trump expresó especial satisfacción por el resultado. "¡Felicitaciones a Boris Johnson por su gran VICTORIA!", escribió el presidente de Estados Unidos en Twitter. "Johnson logra una aplastante victoria electoral en el Reino Unido", exudaba el Financial Times, mientras la libra subía en los mercados de divisas.

La huelga general de ayer [jueves 5 de diciembre] contra la reforma de las pensiones de Macron vio una "convergencia de luchas" de toda la sociedad francesa. Según la CGT (la federación sindical al frente de la huelga), 1,5 millones de personas participaron en las manifestaciones, lo que haría de éste el mayor movimiento desde la batalla contra el paquete de ataques de Alain Juppé en 1995. El espíritu de los chalecos amarillos se puede sentir en las calles, donde (a pesar de las limitaciones de su dirección) los trabajadores están dirigiendo su furia, no solo contra la reforma de las pensiones, sino contra el gobierno en general.

El 5 de diciembre puede marcar un punto de inflexión en el desarrollo de la lucha de clases en Francia. Los sindicatos de la RATP y la SNCF [Red de Transporte Público Parisino y la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, NdT] han marcado este día como el punto de partida para una huelga indefinida. Sindicatos de otros sectores se están uniendo para fortalecer este movimiento, apelando también a la huelga indefinida.