¿A dónde va El Salvador?

El Salvador será un lindo
y sin (exagerar) serio país
cuando la clase obrera y el campesinado
lo fertilicen lo peinen lo talqueen
le curen la goma histórica
lo adecenten lo reconstituyan
  y lo echen andar.

Fragmento de El Salvador Será

Roque Dalton

La migración y el parasitismo de la economía

El capitalismo tiene en Centroamérica síntomas de barbarie que amenazan con profundizarse con la crisis de los EEUU. La principal economía del planeta ha sido lo suficientemente poderosa hasta ahora para asimilar la fuerza de trabajo que es imposible de absorber en las débiles economías de la región. El Salvador es uno de los casos más dramáticos, es el país más pequeño de Centroamérica con una gran sobrepoblación. Según datos del propio gobierno salvadoreño, actualizadas en 2005, son 2,950,126 los salvadoreños que viven en el extranjero, 87.6% de ellos en los EEUU. Prácticamente uno de cada tres salvadoreños vive fuera del país. Durante la guerra, en la década del 80, la migración se disparó dramáticamente y EEUU se volvió su principal receptor, pero el programa burgués antiobrero de todos los gobiernos de ARENA ha sido más horroroso para las masas que la propia guerra. Solo entre los años 1998-2005 emigraron más salvadoreños que en 47 años atrás.

El resultado ha sido una completa dependencia económica a los EEUU. Según el Banco Central de Reserva de El Salvador las remesas en 2007 fueron de 3,695.3 millones de dólares que equivalen al 18.1% del PIB nacional, una cifra impresionante. Toda la economía sobrevive gracias a las remesas y sin ellas colapsaría. La mayoría de los economistas burgueses salvadoreños dicen que la recesión de los EEUU si afectará a El Salvador pero solo en disminuir su crecimiento. ¡Eso es completamente falso! Mientras la economía en EEUU solamente se desacelere podríamos ver un crecimiento menor, con mayores presiones para la clase obrera, pero una recesión acarrearía una inevitable crisis en El Salvador.

Hemos visto un crecimiento en las exportaciones y una mayor diversificación de los mercados como resultado de los distintos TLC, pero estos son “avances” muy relativos. Las exportaciones no tradicionales se venden en un 62.64% a Centroamérica, países que son dependientes de los EEUU y grandes receptores de remesas. Existe un gran desbalance en la economía, en 2007 hubo un déficit comercial de 4,697 millones de dólares (3,980 menos 8,677 millones de dólares de exportaciones e importaciones respectivamente) que se pudo solventar gracias al envío de remesas. Con los TLC’s han aumentado más las importaciones que las exportaciones.

Las remesas están desacelerando su crecimiento, con una crisis en EEUU veríamos su caída provocando una contracción del mercado y cierre de empresas y pequeños negocios. Cientos de miles de trabajadores salvadoreños pueden perder sus empleos, ir a quiebra en sus pequeños negocios o tener tan bajos ingresos que saldrían en busca de trabajo a los EEUU mientras este país está endureciendo su política migratoria y no podrá absorber toda la fuerza de trabajo excedente de América Latina. En 2002 hubo 3,621 salvadoreños deportados y en 2004 6,248. La política migratoria se endurecerá aun más.

Dentro de los deportados vendrán los miembros de las famosas pandillas, los maras salvatruchas, incrementando la delincuencia en el país. Existe el riesgo real del fortalecimiento de la lumpenización, los acuerdos de paz se firmaron en 1992 pero El Salvador tiene niveles de homicidios similares a los de un país en guerra. En 2001 hubo 2210 homicidios pero para el 2006 ya fueron 3906. Solo la clase obrera puede detener la barbarie a la que nos empuja el capitalismo.

Cambio de periodo

La clase obrera tiene fuertes reservas y tradiciones revolucionarias. El capitalismo salvadoreño históricamente dependiente no permite ningún momento de estabilidad duradero, la clase obrera en otro país que hubiera vivido una masacre como la de 1932 con 30 mil trabajadores asesinados en 3 el transcurso de tres meses hubiera tardado décadas en recuperarse. Pasaron tan solo 12 años para que hubiera una huelga general que derrocó la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez. En los años 80 las huelgas obreras y el posterior conflicto armado entre el FMLN y el Estado que se prolongó por 12 años mostró las aspiraciones de cambio de las masas, que luchaban por construir el socialismo en El Salvador. Era posible un triunfo de la clase obrera desde los años 79 y 80, pero las organizaciones de masas estaban dirigidas por los grupos guerrilleros que vieron en la clase obrera un simple auxiliar de la lucha armada.

Los acuerdos de paz firmados en 1992 en Chapultepec, México, entre el FMLN y el Estado no han resuelto ninguno de los problemas fundamentales de las masas, inevitablemente veremos el resurgir del movimiento revolucionario. El fin de la guerra de las armas no acabó con la guerra entre las clases, la burguesía estaba envalentonada y aprovechó las posiciones conciliadoras de la dirección del FMLN quiénes, por ejemplo, ayudaron a la formación de la odiada Policía Nacional Civil junto con elementos del ejercito. Permitieron en un inicio e incluso respaldaron ataques como las privatizaciones, tal es el caso de la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL) planteando a los trabajadores como accionistas que en poco tiempo las vendieron, quedando la empresa en manos de los grandes capitalistas.

En la década del 90 la burguesía se creía imparable a nivel internacional, la clase obrera estaba desmoralizada por la caída del mal llamado socialismo real, a los pocos años caía el FSLN en Nicaragua. Iniciando el nuevo milenio vivimos una nueva época en la lucha de clases en América Latina entrando a un periodo revolucionario. Antes en todo el continente se privatizaba sin tener casi oposición, iniciando la actual década en Costa Rica privatizaron las telecomunicaciones y una fuerte huelga obrera obligó a dar marcha atrás a la burguesía, en Honduras las masas detienen la privatización del agua formando la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular y en El Salvador vivimos las poderosas movilizaciones de las masas con sus organizaciones tradicionales: los sindicatos y el FMLN que detienen la privatización de la salud.

Giro a la izquierda

No todas las familias tienen acceso a las remesas y las que lo tienen no por ello salen de la pobreza. Según datos del Banco Mundial en 2006 40.6% de los salvadoreños vivían con menos de dos dólares diarios y 19% con menos de un dólar considerados en pobreza extrema. Para el Banco Mundial quien sobrevive con más de dos dólares al día ya no es considerado pobre. Los gobiernos de ARENA dolarizaron la economía, privatizaron las industrias estatales y la banca.  El campo se desmanteló y también los derechos laborales.

Los niveles de vida son tan bajos que un incremento en las mercancías de consumo básico para las familias trabajadoras representa una fuerte presión, los altos precios del petróleo (que podría estar más barato si el gobierno de ARENA aceptara que Venezuela se lo vendiera a un  precio más bajo) genera un efecto inflacionario. Los transportistas buscaron una solución para no subir el pasaje público y no afectar a la población pero el gobierno de ARENA dio un subsidio financiado con un nuevo impuesto que significó incrementar el combustible 10 centavos por galón. Medida que no dejó contento a nadie.

Al  no haber ninguna solución del gobierno de ARENA un sector de los transportistas deciden subir el pasaje de 25 a 30 centavos de dólar otros harán un paro en los siguientes días, el gas acaba de subir en 20%, los alimentos también han incrementado su precio considerablemente y se anuncia que estarán altos en por lo menos los próximos 10 años. Esta situación pone en riesgo de quiebra a sectores como los pequeños productores de pan quienes se movilizaron junto a los asalariados de estos pequeños negocios para exigir un subsidio en la harina de trigo. A pesar de lo disperso del sector se organizaron y realizaron huelgas y movilizaciones para que sus demandas fuesen satisfechas y no afectar a la población con más incrementos al pan francés. Esto muestra un salto adelante en la conciencia.

Si bien en estos momentos no vemos grandes luchas en las calles esto se debe a que los dirigentes sindicales y del FMLN no las convocan. El gobierno de Antonio Saca no quiere dar concesiones de fondo a ningún gremio que pueda animar a otros sectores de los trabajadores y pequeños productores artesanales  provocando una reacción en cadena. Serán inevitables más luchas con la entrada de nuevos sectores, las masas a partir de su experiencia llegarán a la conclusión de que se necesita una lucha unificada de los distintos sectores y principalmente de los sindicatos y el FMLN. La reducción de las remesas y las exportaciones, el sometimiento a todavía más presiones de la burguesía a la clase obrera y la inflación en un momento donde las masas están mostrando su cansancio son una receta acabada para una creciente lucha de clases.

Las clase obrera esta cansada y busca cualquier oportunidad para expresarse y luchar. La Unión Europea puso una serie de condiciones para aprobar el TLC con Centroamérica dentro de ellos aplicar convenio 87 de la OIT que permite la libre sindicalización de los trabajadores estatales (que hoy tienen prohibido organizarse en sindicatos) esto generó grandes expectativas y se empezaron a construir varios sindicatos que crecían rápidamente en afiliados, la burguesía temerosa prefirió no aplicar ese convenio y no permitir la organización sindical de los trabajadores estatales.

Si el FMLN y los sindicatos estuvieran dirigidos por marxistas el proceso de ascenso de la lucha de clases evolucionaría rápidamente y daría una correlación de fuerzas muy favorable para arrancar concesiones serias al gobierno arenero. El FMLN y los sindicatos deben de hacer una campaña seria para realizar movilizaciones masivas y una huelga general contra la carestía de la vida exigiendo incremento salarial inmediato y sustancial con escala móvil, eliminación del IVA a alimentos y cobro de aranceles a la burguesía que importa a El Salvador para tener más fondos estatales para rescatar al campo salvadoreño. Acordar la compra y almacenamiento de combustible más barato de la Republica Bolivariana de Venezuela,  combatir a las empresas especuladoras que se enriquecen con el hambre del pueblo, nacionalizarlas y ponerlas a funcionar bajo control obrero. Esto sería un buen inicio para combatir el empobrecimiento de las masas.

Cómo es lógico ARENA se opondrá a la aplicación de este programa, se le debe obligar  a aplicarlo con luchas  en las calles y acciones como la realización de una huelga general de 24 horas del conjunto de la clase trabajadora. Necesitamos un gobierno que verdaderamente nos defienda, tememos que sacar a ARENA del poder y llevar al FMLN al gobierno exigiéndole que aplique un programa claramente a favor de la clase trabajadora y demás pobres urbanos y rurales.

 Funes y el FMLN

19 años de gobiernos de ARENA le han ganado un profundo desprestigio y odio ante las masas que miran en el triunfo del FMLN una posibilidad de cambiar su realidad. Las masas están apoyando al FMLN y a Funes porque quieren un cambio radical en sus condiciones de vida. Mauricio Funes no es militante del FMLN, es uno de los pocos periodistas críticos en el país que goza de gran popularidad. La gran concentración del FMLN el 11 de noviembre pasado donde congregó a 70 mil trabajadores dentro y fuera del estadio Cuscatlán señala la gran fuerza con que cuenta el partido. El sábado 5 de abril según datos del FMLN 10 mil jóvenes juramentaron ante la formula presidencial en un mitin en que esperaban la mitad de esa asistencia. Desde la convención del FMLN donde Mauricio Funes y Sánchez Cerén fueron ratificados como formula presidencial la burguesía dejó en claro que no quiere un gobierno de izquierda, iniciaron una campaña para que Funes se desmarcara del gobierno de Hugo Chávez y del comunismo.

En un momento donde las masas están girando a la izquierda y quieren un cambio, la dirección del FMLN gira a la derecha y los discursos de Funes son bastante claros señalando que “Si el FMLN fuera como dicen que es yo no sería candidato”. En el faro.net dijo aun como precandidato “Del 2009 al 2014 no se puede construir socialismo, aunque el FMLN se defina como un partido revolucionario y socialista”. Ha señalado que no atacará a los empresarios que son un sector importante con quienes tiene que dialogar, al igual que con los sindicatos. El problema es que no se puede gobernar a favor de dos clases antagónicas a la vez.

El programa de gobierno esta en proceso de elaboración, en estos momentos hay un proceso de consulta. Funes ya señaló que no va a solucionar todos los problemas de la población y que lo deben de asimilar las bases. Se eliminaron ya del discurso consignas históricas del FMLN como el combate a la dolarización de la economía o la lucha contra el CAFTA. Funes plantea combatir la corrupción y la evasión de impuestos. A todo esto le llama un programa realista.

Son tan graves los problemas que se viven en El Salvador que una política reformista no solucionaría ningún problema de fondo, se necesita un cambio radical en la sociedad y la implementación de un programa que busque solucionar los problemas de la mayoría de los salvadoreños que son trabajadores y pobres. La dirección del FMLN podrá decir que ellos siguen siendo revolucionarios pero sus hechos muestran que ya abandonaron los ideales del socialismo. No puede haber reformismo donde no hay margen para reformas. Se podrán justificar con la teoría menchevique de la revolución por etapas que señala que primero se necesita un programa que permita el desarrollo del país sin acabar con el capitalismo para generar las condiciones para el socialismo, cosa que nunca ocurrirá pues históricamente la burguesía salvadoreña se subordina al imperialismo. La Revolución rusa es el mejor ejemplo contra esa teoría oportunista. Su revolución no se detuvo en el programa democrático burgués sino que trascendió al socialista. No fue la burguesía la que desarrolló el país sino la clase obrera a partir de la expropiación de los medios de producción de la burguesía y la implementación de una economía planificada.

En la prensa burguesa es muy común encontrar las mas cínicas mentiras y burdos ataques al comunismo, debemos explicar que los comunistas no queremos quitarle sus casas o sus tierras a los campesinos o sus pequeños negocios a los comerciantes, solamente queremos expropiar a ese puñado de burgueses que mantienen en la miseria a nuestro pueblo. Lo que es realmente sorprendente es leer una nota como esta en uno de los más reaccionarios diarios burgués:

 “En el fondo descubrimos un signo de madurez política que supera el fanatismo ideológico y prepara las condiciones para la alternabilidad y la madurez democrática; no nos podemos imaginar a un partido ARENA perenne en el poder, ni a un FMLN arraigado en la oposición marxista. Estos cambios son parte de la evolución política de El Salvador aunque cueste creerlo y asimilarlo, habrá que superar esa etapa del siglo XX para ingresar a la política del siglo XXI”. (La Prensa gráfica 26 de  marzo 2008).

Funes y el FMLN deben de cambiar de posiciones y asumir un programa marxista a favor de la clase obrera. Funes no se compromete a resolver problemas básicos, ni se pone compromisos concretos. Eso es un reflejo del poco margen de maniobra que hay bajo el parasitario capitalismo salvadoreño en un periodo de crisis del capitalismo a nivel internacional. Si queremos resolver nuestros problemas debemos luchar por un cambio radical en la sociedad y no por pequeñas reformas que al final no solucionarán nada. El FMLN se declara como un partido revolucionario y socialista, no lo olvidemos, y su dirección debe ser consecuente con esos principios. El pueblo salvadoreño ha dejado mucha sangre en el camino y no podemos traicionar a nuestros mártires aceptando hoy una alianza con nuestros enemigos de clase.

Un sector de la burguesía ve la posibilidad ante el desgaste de ARENA y la crisis económica que se avecina de gobernar a través de un gobierno del FMLN para después desecharlo como un pañuelo usado. Pero la mayoría de la burguesía no confía en esta posibilidad, siguen manteniendo un gran odio al partido y saben del gran potencial revolucionario de sus bases con fuertes tradiciones de lucha que podrían obligar a un gobierno del FMLN a girar a la izquierda como ha ocurrido con Chávez en Venezuela.

Divisiones en la burguesía

ARENA fue fundada por el dirigente de los escuadrones de la muerte Roberto D’abusson, es un partido de fanáticos anticomunistas. Cantan orgullosos su himno que dice: “patria si comunismo no, patria si comunismo no… El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán salvándose así América, nuestra América inmortal ¡ARENA!”. Los acuerdos de paz no terminaron con la guerra entre clases, hay rencores acumulados entre burgueses y proletarios y ARENA no dejará el poder tan fácilmente.

ARENA atravesó una crisis interna que por el momento logró controlar. Con la fuerza del aparato fue impuesto por la cúpula Saca-Figueroa-Cesar Funes el candidato de la derecha: Rodrigo Ávila, en medio de múltiples acusaciones de sus mismos militantes de falta de transparencia en un proceso al que llamaron irónicamente “fiesta por la democracia y la libertad” ARENA sabe que una fractura sería mortal en estos momentos. Su oposición interna prefiere disciplinarse, esto no significa que sus problemas internos se hayan resuelto. Veremos en el futuro nuevas crisis dentro de la derecha sobre todo si pierden la presidencia. Rodrigo Ávila dejó su cargo de director de la odiada Policía Nacional Civil para convertirse en el principal candidato de la burguesía.

La derecha aprobó reformas electorales que podrían facilitar un fraude, la burguesía no le teme a Funes sino a las bases del FMLN. Los fraudes electorales y los golpes de Estado forman parte del actuar histórico de la clase dominante. La posibilidad de fraude es real pero podría ser contraproducente como lo mostró el caso de México donde desató un proceso revolucionario, la burguesía se logró imponer pero tiene un gobierno débil. El presidente impuesto en México por la burguesía, Felipe Calderón, hoy se enfrenta a poderosas movilizaciones contra la privatización de PEMEX.

En 2006 intentaron robar el triunfo del FMLN en la alcaldía de San Salvador, las bases del partido se movilizaron de manera radical y de distintos puntos del país y derrotaron el fraude, esa experiencia esta presente en las mentes de los militantes del partido. Un sector de la burguesía salvadoreña intentará gobernar a partir del FMLN en una de las situaciones más complicadas a que se enfrentará un gobierno en décadas. Querrá desprestigiarlo ante las masas y después desecharlo, culpando al “gobierno comunista” del FMLN de los problemas que en realidad generó el capitalismo.

Una de las encuestas que se han dado a conocer, elaborada por CID Gallup Latinoamérica señala que Funes ganaría con 37.3% sobre Rodrigo Ávila, con un 31.7% (Colatino 14 de marzo de 2008). A pesar de los discursos de Funes las elecciones muestran la temperatura que hay en la sociedad. Las posibilidades más probables serán: triunfo de la izquierda o imposición de la derecha si lo permitimos. Una cosa es clara, entraremos en un periodo de radicalización y ascenso de la lucha de clases.

 Por una Federación Socialista de América

Dada la polarización social podríamos asegurar que si la dirección del FMLN fuera marxista estaríamos en la víspera del triunfo de la revolución socialista. Es verdad que no existen las condiciones objetivas para el socialismo en las estrechas fronteras de El Salvador pero si existen a nivel internacional. Una revolución socialista en El Salvador se enfrentaría a los más duros ataques de la burguesía iniciando por la estadounidense, también veríamos el apoyo inmediato de la clase obrera a nivel internacional. Hay más de 2 millones y medio de salvadoreños en EEUU la mayoría de familias trabajadoras que serían los primeros en movilizarse contra los ataques imperialistas.

El ejemplo de la clase obrera salvadoreña se extendería rápidamente a Centroamérica y toda América Latina iniciando por países como Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Los gobiernos obreros serían presionados para ir al socialismo, Chávez tendría que nacionalizar las palancas de su economía y la revolución socialista se extendería por todo el continente formando una Federación Socialista de América. En vez de ver el derrocamiento de la revolución socialista en El Salvador veríamos una revolución en el corazón del imperialismo. Los militantes del FMLN deben dotarse de las ideas y métodos del marxismo, solo las ideas desarrolladas por Marx, Engels, Lenin y Trotsky nos permitirán afrontar de manera adecuada el siguiente periodo luchando por convertir al FMLN en un autentico partido marxista.

Source: Tendencia Marxista Militante - México