Crónica de un ajuste anunciado

A tan sólo 23 días de ganadas las elecciones y a 6 días de asumido como Presidente del país, el empresario Mauricio Macri y su flamante gabinete de banqueros y patrones, realizaron anuncios que hasta ahora benefician a uno pocos y atacan a la mayoría de la clase trabajadora, la juventud los sectores populares.

Con una serie de DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) evadiendo al Senado, nombró a dos jueces en la Corte Suprema. Los designados fueron Horacio Rosatti y Carlos Fernando Rosenkrantz, vinculado al Grupo Clarín y defensor de la constitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final. Por su lado, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, expresó su "beneplácito" por la designación "en comisión" de los dos jueces nombrados, lógicamente esto está acompañado, a pesar de las primeras protestas, por la comparsa de la UCR que avaló lo hecho hasta el momento por decreto.

En declaraciones radiales Macri anunció “Hoy apenas aterrice de vuelta en la ciudad de Buenos Aires, voy a firmar el decreto por el cual la Argentina pasa a tener retención cero a las exportaciones regionales.”, haciendo referencia la eliminación de retenciones al trigo, maíz, sorgo, carne y pesca y la reducción de cinco puntos en la soja anunciada en Pergamino.

El impacto fiscal anualizado de la medida hubiera sido de 17.000 millones de pesos si se tomaba en cuenta el tipo de cambio anterior. Con la devaluación, será de 26.000 millones de pesos. Los cinco puntos menos en las retenciones a la soja impactarán de lleno en las arcas provinciales por una merma del Fondo Federal Solidario.

Los resultados no se van hacer esperar ya que esta medida supone un aumento en ciernes del pan, ya que sin retenciones al trigo, no estará a disposición del mercado interno sino destinado a las exportaciones. Así los trabajadores terminaremos comprando pan a precios internacionales.

La decisión implica un salto en los beneficios de los capitalistas agrarios, los cuales, de todos modos, esperabanuna devaluación de la moneda, a través de llevar el dólar a 14 o 15 pesos, como fue anunciado ayer por la tarde (16/12). En cualquier caso, la medida reforzará la escalada de precios sobre los alimentos esenciales, que ya se venía manifestando en las últimas semanas.

Por otro lado, la educación tuvo lo suyo al bajar el presupuesto de un 6% a un 3%. Y hemos visto también a la policía de Vicente López cortar la luz e ingresar violentamente a un centro cultural de La Cámpora, golpeando y deteniendo a los compañeros presentes, lo que anticipa una represión selectiva en un comienzo y que necesariamente se irá incrementando.

El empresariado envalentonado por tener un gobierno propio ya amenaza con despidos y concretan suspensiones como en el caso de Techint y FIAT. A la vez que junto al gobierno y la burocracia sindical preparan un pacto social que incluye cerrar las paritarias muy por debajo de los incrementos de precios que se vienen dando y que se darán de acá a marzo - abril.

El Presidente del BCRA, tras una semana de intensas negociaciones con los Bancos mayoristas acercó una propuesta que conformó al sistema financiero para dar fin a la discusión sobre la pérdida que reconocerá el Banco Central en los contratos de dólar a futuro luego de la devaluación. A los inversores minoristas que compraron futuros hasta el 29 de septiembre último se les canjeará el papel por un contrato similar pero con un precio más alto al originalmente pactado, lo que reducirá la ganancia que obtendrán al efectivizar el acuerdo respecto a la devaluación de ese momento.

Por su lado, el Ministro de Hacienda y Finanzas anunció que a partir de mañana (17/12) se levantará el cepo, que no hará falta autorización del AFIP y que el dios mercado todo lo resolverá con un dólar único de $14,45. Literalmente con esta política se nos licua el salario en un 45%, sumado a lo que la canasta básica de alimentos viene subiendo en las últimas semanas.

Simplemente es una enorme transferencia de dinero obrero, de trabajadores a los bolsillos de los capitalistas.

Macri salió a agitar que el salario argentino, o el costo laboral es muy alto ya que no resulta competitivo con el costo laboral de Brasil y México.

Estamos ante una embestida en toda la línea. No sólo es la subordinación del AFSCA a un Ministro de Comunicación atomizándolo como lo han hecho, además se suma la justicia que no es, la especulación y ofensiva de los capitalistas, gobernar sin el Parlamento. Es la propia burguesía que niega o reconfigura sus instituciones de acuerdo a sus necesidadesyde la época.

Por cierto, que la época es de crisis secular, estructural de un sistema que no da más y que sólo trae penurias, hambrunas y padecimientos a miles de millones en el mundo.

Organizarnos con claridad es una necesidad de ayer

Existen desde hace semana y media convocatorias a marchas, ocupaciones de plazas, reuniones en oposición a la elección por decreto de los dos jueces y por la anulación literal del AFSCA.

No sólo de trata de Resistir con Aguante, hay que agregarle claridad de adonde ir y balancear no sólo el por qué llegamos a esta situación. Además de ganar en organización y en convocatorias que debemos preparar.

Debemos decir con claridad que no hay giro a la derecha en la sociedad, el propio macrismo ataca con este conjunto de medidas anti populares a su endeble base electoral, ya que no es un partido con base militante de tradición.

Tuvimos en esta última década una aproximación a la teoría keynesiana forjada por el gobierno de Cristina Fernández y el Ministro Kicillof. Ingenua, por cierto, en esta etapa del imperialismo que ven en la entrada del neoliberalismo el resultado de una lucha de titanes, el mercado contra el Estado, el Estado presente y el no Estado como dos actores sociales. Esta visión tuvo un peso fuerte en los primeros años de la toma de conciencia del giro neoliberal de los ’90. Por esto, la teoría keynesianase muestra inviable. Como todo en la vida no se puede controlar lo que no se tiene; y esel conjunto de la clase capitalista, la propietaria de los medios de producción, fábricas, campos, bancos, etc. Ese es uno de los límites concretos de esta teoría.

Si bien el Estado puede jugar coyunturalmente un papel reaccionario o relativamente progresista según qué fuerza lo controle políticamente, no siendo lo mismo en la práctica un Estado que a través de su gobierno intenta distribuir el ingreso, que uno que se ajusta a la lógica neoliberal, hay que dejar en claro que el Estado no es de todos, sino de una clase social bien definida: la burguesía. Sea este un Estado incluyente o excluyente, keynesiano o neoliberal su función siempre será garantizar que una pequeña minoría de empresarios, banqueros y terratenientes explote a la inmensa mayoría de la sociedad como lo somos los trabajadores.

Dijimos en el balance de las elecciones del balotaje “ni reír ni llorar, comprender”.

El Estado presente fue durante el Gobierno kirchnerista una decisión política sustentada en el boom posterior a la recesión del ’90 que tuvo su punto de inflexión en la rebelión popular del 2001. Pero esta teoría duró hasta que duró el bienestar, por cierto, que no es la realidad del conjunto de países que constituyen el mundo. El capitalismo es lo que es y lo que muestra es barbarie.

Hoy la burguesía entiende la etapa política no sólo en la arena nacional, sino lo que sucede en el mundo y debe reconfigurar al Estado a sus necesidades.

La ilusión de contener a esta manada de pestilentes parásitos y hambrientos capitalistas con sólo hojas de lechuga como intentó hacerlo la Presidente Cristina Fernández, es una teoría y una política que se mostraron, por lo menos, equivocadas e ingenuas. La apelación a una burguesía nacional, buena y patriótica, es simplemente anacrónica ya que esta misma burguesía cuando habla de Patria habla de sus intereses, como lo está haciendo en el momento actual.

Qué hacer

La necesidad política de los trabajadores para avanzar hoy pasa por organizarnos en las ideas de la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía bajo control obrero, discutir la necesidad de la propiedad común de la tierra, los bancos, y las principales industrias. Plantear que un plan de producción común es la única manera de movilizar el colosal potencial de la industria, la agricultura, la ciencia y la técnica en beneficio de la mayoría aplastante de la población y no para el enriquecimiento obsceno de una minoría de empresarios, banqueros y terratenientes como ocurre hasta ahora. Estas son las tareas, y el debate de fondo que demos impulsar, sumado a no ceder y defender las negociaciones paritarias anuales. Impugnar las presiones de los organismos internacionales de usura. Repudiar y organizar la defensa de cualquier organización política o sectores populares que sean atacados. Organizarnos por la continuidad y resolución definitiva en una mega causa de los juicios de lesa humanidad contra los represores civiles y militares.

Se trata de construir Unidad con claridad. No podemos avanzar de marcha en marcha ya que por cierto, quienes marchamos no lo podemos hacer siempre, se trata de crear, no para el futuro sino para ayer, una Corriente anti capitalista que vaya planteando la necesidad de una nueva legalidad. Forjar este movimiento es la tarea de la hora. Socialismo o barbarie capitalista.