“Las universidades están ardiendo”. Grandes movilizaciones estudiantiles en Austria

La crisis del capitalismo está sacudiendo cada rincón del mundo. Ahora Austria, considerado en el pasado como el país de la paz social y el "diálogo", ha sido golpeado por una inmensa protesta estudiantil que está atrayendo un apoyo cada vez más amplio entre los trabajadores, que también están mostrando signos de radicalización.

Después de una primavera caliente con masivas huelgas estudiantiles y protestas sindicales por mayores salarios, este otoño comenzó con ocupaciones de universidades y manifestaciones masivas de estudiantes. Austria ha alcanzado un punto de inflexión.

En los últimos años hemos visto una total reestructuración del sistema universitario austriaco siguiendo los principios de la llamada ideología "neoliberal". En 2001 la entonces coalición de gobierno de derechas introdujo las tasas universitarias, en varias facultades cupos de admisión (incluidas las pruebas de selectividad). En términos reales el presupuesto universitario cayó hasta un nivel que hace imposible garantizar a todos los estudiantes el acceso a clases y seminarios importantes, las aulas están saturadas y no hay suficientes profesores universitarios para supervisar a todos los estudiantes. Además el gobierno ha aplicado el proceso Bolonia a las universidades austriacas. Esto ha representado una enorme presión para muchos estudiantes que se han visto obligados a conseguir su licenciatura lo más pronto posible. Especialmente para los estudiantes que tienen que trabajar (y eso significa la mayoría absoluta) y con hijos, que ahora padecen problemas severos.

Durante la última campaña electoral, hace un año, el Partido Socialdemócrata (SPÖ) consiguió una mayoría en el parlamento que le permitía eliminar las tasas universitarias para la mayoría de los estudiantes. El sistema educativo gratuito fue una de las mayores conquistas del SPÖ en los años setenta. El hecho de que la dirección del partido de que renunciara a eliminar las tasas cuando reentró en la coalición de gobierno en 2007 con el conservador Partido Popular (ÖVP) ha llevado a una severa crisis dentro del partido y también a los primeros intentos de organizar en su seno un ala de izquierdas.

La eliminación de las tasas fue vista como un gran éxito para todos aquellos que luchaban por un sistema educativo gratuito. Sin embargo, al mismo tiempo, el gobierno no aumentó el presupuesto de acuerdo con las necesidades de la universidad. Esto ha provocado un empeoramiento de la situación para los estudiantes porque la mayoría vio la oportunidad de poder ir a la universidad, pero sin el dinero extra necesario para poder hacer frente al incremento del número de estudiantes. Incluso la OCDE y la UE presionaron a Austria para que aumentara la parte del presupuesto federal destinada a educación del 1,2 por ciento al 2 por ciento del PIB. Eso habría significado destinar por lo menos otros mil millones de euros a las universidades, que es casi el 50 por ciento del actual presupuesto para universidad.

Todo esto ha conducido a una situación muy explosiva. Sin embargo, todos pensaban que los estudiantes continuarían aceptando esta contrarreforma. En realidad, después de la derrota de la lucha contra la introducción de las tasas en 2001 el movimiento estudiantil entró en reflujo. Muchos activistas se frustraron y simplemente se dedicaron a estudiar y sacar sus licenciaturas. Los universitarios buscaron una alternativa en "ideas autónomas" siguiendo el modelo de la "democracia en la base". En realidad se trataba de una reacción al papel de los representantes oficiales de los sindicatos que ignoraron el movimiento real y fueron responsables de las derrotas del pasado. La gran mayoría de estudiantes se acostumbraron a ver sus años en la universidad sólo como un paso necesario para encontrar más tarde un empleo, nada más. La vieja imagen de estudiantes como una fuerza de continua rebelión contra el orden existente, leyendo a Marx o con camisetas del Che Guevara, parecía muerta. Todo el mundo hablaba de la despolitización de las universidades.

Sin embargo, a finales de octubre de la noche a la mañana todo cambió. Comenzó como una protesta de los estudiantes de la Academia de Bellas Artes el 20 de octubre. Esta es la única universidad que aún no ha adoptado el proceso Bolonia y los estudiantes comenzaron a ocupar la universidad para evitar que esto sucediera. Al día siguiente los estudiantes de la Universidad de Viena organizaron una manifestación en solidaridad con ellos y ahí salió la idea de ocupar el Auditorioum Maximum. Fue un movimiento genuinamente espontáneo y ninguno de los allí presentes estaba seguro del resultado de este estallido repentino. Desde el principio esta ocupación recibió un apoyo masivo y se decidió continuar con ella "hasta que se cumplan todas nuestras reivindicaciones".

Al principio las autoridades universitarias querían detener esta protesta enviando a la policía. Pero había demasiados estudiantes así que retrocedieron. Desde entonces el movimiento se ha extendido a todas las universidades de Austria. En todas partes los estudiantes han ocupado las bibliotecas y las han transformado en el centro del movimiento. Los estudiantes han organizado grupos de trabajo que son responsables de la movilización, de la prensa, "comedores populares", solidaridad, etc., Los resultados de las discusiones en los grupos de trabajo se anuncian diariamente en asambleas.

Durante los primeros días era como una gran fiesta, atrayendo a muchos estudiantes y también a gente de fuera de las universidades. Según pasaba el tiempo, los estudiantes se han convertido en un punto de referencia para todos aquellos que buscan una alternativa política. Especialmente dentro de los sindicatos hay un apoyo masivo a los estudiantes y a su lucha por la educación gratuita. El sindicato metalúrgico y el de pintores, que también están implicados en conflictos duros por salarios, inmediatamente expresaron su solidaridad y ofrecieron su ayuda para organizar las protestas en las universidades. En respuesta, los estudiantes han declarado su solidaridad con los sindicatos. Esto tiene un gran significado y es un gran paso adelante, considerando que en el pasado los estudiantes no veían necesidad de unirse con los sindicatos e incluso cuando se aceptaba esta idea no se concreta una forma de llevarla a cabo. Ahora es diferente y puede ser una diferencia decisiva.

El miércoles 28 de octubre las movilizaciones estudiantiles culminaron en una primera manifestación de decenas de miles en Viena. La policía dio la cifra de 15.000 participantes, mientras que fuentes independientes la situaban en 30.000-40.000 personas bajo la consigna: "Dinero para educación y no para los bancos y grandes empresas". Y no fueron sólo los estudiantes, también había muchos trabajadores. Esta fue una muestra real de fuerza y ha demostrado el potencial para obligar al gobierno a hacer concesiones.

En realidad, al día siguiente el ministro conservador de ciencia, que está a cargo de universidades, ofreció 34 millones de euros para resolver los problemas más graves y ofreció conversaciones con los organismos representantes oficiales de los estudiantes, que en realidad no han jugado ningún papel hasta ahora. Era claramente un intento de dividir el movimiento con la esperanza de que las ocupaciones perdiesen apoyo. Pero los estudiantes se mantuvieron firmes en su demanda de por lo menos mil millones de euros para el sistema educativo.

Lo interesante es la reacción de la dirección del SPÖ con el conflicto. Después de la enorme manifestación, el canciller Werner Faymann (SPÖ) y otros ministros socialdemócratas, expresaron sus "simpatías" con las protestas estudiantiles. Pero después defendieron la "solución" de proponer reglas más estrictas para los cupos de admisión en la universidad. Esto va totalmente en contra de la idea socialdemócrata de un sistema educativo gratuito y también contra la política de apoyar a los jóvenes de las familias obreras para que puedan asistir a la universidad. Así que esta manera de mostrar "simpatía" de nuevo llevó a una intensificación de la rabia, especialmente entre muchos militantes de Juventudes Socialistas.

Este movimiento estudiantil tiene un gran potencial. Toda la rabia y frustración que ha dominado durante año ahora se ha transformado abiertamente en Resistencia. Miles de estudiantes están participando en asambleas, cientos en clases alternativas. Por ejemplo, esta semana un círculo de estudios marxistas organizado por Der Funke congregó a unos 30 estudiantes para discutir filosofía marxista.

Después también tenemos la enorme solidaridad fuera de las universidades, especialmente de los sindicatos. En el momento de escribir este artículo las Juventudes Socialistas de Vorarlberg han celebrado una manifestación con varios cientos de estudiantes de secundaria en solidaridad con las protestas universitarias.

El debate central ahora es cómo continuar la lucha y cómo organizar el movimiento. La idea de la "democracia por la base" es muy dominante en esta etapa del movimiento. Muchas de las aulas ocupadas (especialmente el AudiMax en Viena) se han convertido en verdaderos laboratorios de anarquismo y pensamiento autónomo. Para muchos activistas el "método" se ha convertido en el principal objetivo en sí mismo. La ocupación para ellos es principalmente una forma de crear Freiräume (un espacio libre). La lucha por un sistema educativo mejor y gratuito para estos activistas se ha convertido en algo secundario.

Por otro lado, es realmente impresionante ver cómo se han organizado los estudiantes. Existe una "cocina popular" que da tres comidas calientes diarias a todos los que participan en las ocupaciones. Otro grupo de trabajo ha instalado una sala para proyectar las asambleas, otros son responsables del trabajo de solidaridad, agitación y propaganda, etc., El último fin de semana los estudiantes limpiaron toda la universidad. En este microcosmos estudiantil se está manifestando el enorme potencial y creatividad que puede existir cuando no se nos obligue a trabajar en las condiciones de alienación impuestas por el capitalismo. Esta experiencia explica también por qué muchas personas han quedado profundamente impresionadas por esta protesta y están mostrando su solidaridad.

La concentración en la llamada "democracia de base" ha evitado que el movimiento desarrolle una perspectiva clara. Discusiones interminables y estructuras nada claras paralizan el movimiento. EL hecho de que no naya una acción huelguística en las universidades dificulta mucho el que los estudiantes participen en las discusiones. La mayoría de los estudiantes tienen que seguir con sus clases y al mismo tiempo ganar un salario para vivir. En los grupos de trabajo y asambleas plenarias dominan la escena una minoría de activistas a tiempo completo. En varias ocasiones un plenario ha tomado una decisión y al día siguiente la discusión ha tenido que comenzar otra vez porque participaban nuevas personas. Hay mucho escepticismo contra la dirección política elegida. Muchos estudiantes temen que después una dirección se haga cargo de este movimiento y entonces no les dejen participar en la toma de decisiones. Sin embargo, como en todos los "experimentos de base" podemos ver también en este movimiento la tendencia al desarrollo de estructuras y jerarquías informales. En realidad, la falta de democracia debilita al movimiento.

Los marxistas de Der Funke dentro del movimiento estudiantil han defendido desde el principio la elección de delegados en todas las universidades e institutos, la formación de un "consejo de huelga" que sea revocable en cualquier momento. Este consejo de huelga debe tener el derecho a hablar por el movimiento y el deber de desarrollar propuestas sobre cómo se debe construir el movimiento y mostrar una alternativa, todo esto se debe discutir y votar en asambleas.

Existe el gran peligro de que el movimiento muera porque no sea capaz de desarrollar una perspectiva y consignas claras, ni formas de protesta donde puedan participar realmente la masa de estudiantes. El 5 de noviembre el día nacional de acción demostró los primeros síntomas de cansancio.

La extensión de las ocupaciones a una huelga en las universidades sería la única manera de ganar la lucha por una educación gratuita que comenzó hace ya más de tres años. Esto sería perfectamente posible porque ahora la representación de los profesores universitarios ha declarado su solidaridad con las protestas estudiantiles. Sería una tarea fácil paralizar las universidades y hacer que el movimiento pasara a un nivel cualitativamente superior.

Además, la lucha de los sindicatos contra los recortes salariales también se está intensificando. El jueves habrá una manifestación en Inssbruck organizada por la confederación sindical local, el sindicato metalúrgico también ese mismo día celebra un mitin en Viena. En los próximos días habrá una conferencia nacional de delegados sindicales para discutir los siguientes pasos de esta lucha.

Los marxistas han estado de nuevo en primera línea defendiendo la unidad de acción entre estudiantes y sindicatos. Las declaraciones de solidaridad se han materializado en una acción concreta. La cuestión decisiva, sin embargo, es si el movimiento estudiantil será capaz de desarrollar una perspectiva clara, un método y una actividad conjunto con los trabajadores.

Fuente: El Militante