Bolivia: Triunfo del SI en el referéndum

Ahora es oficial: el SI ha ganado de manera aplastante con un 60% de los votos y los bolivianos tenemos una nueva Constitución Política del Estado (nCPE). El conservadorismo de la derecha y de la oligarquía en defensa de sus privilegios ha sido derrotado nuevamente y a partir de hoy los bolivianos tenemos el derecho constitucional al trabajo estable, a la salud, a la vivienda, a la educación y a la inclusión social. El nuevo reto de nuestro proceso revolucionario es ahora hacer de estos derechos realidad pese al saboteo y las trabas que la burguesía nacional y las multinacionales pondrán en nuestro camino fuertes de su inmutado, todavía, poder sobre la economía y algunos aparatos del Estado y de los gobiernos locales. En este sentido el mensaje de estas elecciones y la comparación de las mismas con anteriores comicios nos muestra cómo tiene que orientarse el proceso de cambio, donde apuntalar y cual rumbo hay que tomar.

Campo y ciudad

En primer lugar hay que destruir el mito difundido por la derecha según el cual la nCPE y el proceso que vivimos han generado una división entre áreas urbanas y rurales del país, más bien es verdad el contrario. En la tabla publicada a continuación recopilamos los resultados electorales de solo algunas de las principales ciudades y 3 de los más grandes centros mineros del país. Falta otras (Sucre, Tarija, Montero) pero se ve claramente como en cada sufragio tan solo el voto de estos centros urbanos constituye la mitad y más de todos los votos a favor del MAS o por el cambio. Esto prueba lo que venimos diciendo hace tiempo, es decir que el factor decisivo en la pagina revolucionaria que escribe nuestro pueblo es el apoyo masivo de la clase trabajadora urbana, de obreros, asalariados y aquellos sectores de clase media como al ser trabajadores por cuenta propia minoristas etc. que viven siempre al borde de la proletarización. La participación activa y cociente de la clase trabajadora y la capacidad de dar respuesta a sus necesidades sociales es, como la historia demuestra, el bien más precioso de este proceso.

Una campaña moderada

Sin embargo muchos entre estrategas y dirigentes del MAS no coinciden con esta verdad tan evidente, y lo demostraron a lo largo de una campaña electoral marcada por la moderación de las consignas lanzadas por el oficialismo. En muy raras ocasiones escuchamos los defensores del SI hablar de los contenidos sociales de la nCPE, mientras mucho énfasis se puso a la defensa de la propiedad privada, a la Autonomía, a la libertad de religión etc. La estrategia era de convencer con esta moderación a la clase media, que según la sociología bruta de los ideólogos del MAS son todos los que viven en el área urbana. Clase media en cambio son solo aquellos que no tienen algún papel directo en la producción, no son ni los empresarios que compran trabajo ni los asalariados obligados a vender trabajo, hablamos entonces de profesionales, grandes comerciantes, cuellos blancos etc. que viven con la ilusión de poder subir la escalera social hacia la burguesía y por esto representan un sector muy inestable de la población, históricamente ausente de las grandes movilizaciones populares. En tiempos de crisis como el que vivimos la inestabilidad de la clase media es el miedo de verse empobrecer, por esto el gobierno – como declarábamos en artículos anteriores – debería haberles explicado que con la nCPE hubieran tenido mejoras sociales, salud, vivienda, trabajo y educación garantizada para sus hijos. La derecha en cambio ha sido más efectiva en su campaña para movilizar la clase media en contra del “peligro rojo”, y el gobierno, persiguiendo a la derecha en su mismo terreno de la autonomía, de la propiedad privada etc. le ha favorecido.

Señales de advertencia

Estas elecciones han tenido un bajísimo porcentaje de abstención y de votos blancos, en confirmación de lo que decíamos antes a propósito de la fuerte polarización social provocada también por el llamado a las armas de la oligarquía. Representan entonces una muestra bastante fidedigna de la disposición en la sociedad. La victoria del SI es como dijimos irrefutable, aunque sin embargo hay varios señales de advertencia que se deben tomar en cuenta. Se han confirmado los votos obtenidos en el referéndum revocatorio, al mismo tiempo pero la derecha gana unos 200.000 votos pese a la depuración de aproximadamente 200.000 habilitados del patrón electoral (demostración que la derecha supo movilizar la clase media urbana). Interpretando el voto del revocatorio algunos exponentes del gobierno dijeron justamente que la oposición se había quedado encerrada solo en unos cuantos barrios de pocas ciudades. Con estas elecciones al contrario se han perdido votos en todos los departamentos de la Media Luna  - casi 3000 votos en Pando (más del 10%) – y también en casi todas las principales ciudades del país, con la sola significativa excepción de  El Alto. Tanto en el Oriente como en el Occidente el No avanza además en algunas áreas rurales, sostenido también por las declaraciones de voto contrario de organizaciones como la Federación Sindical de Trabajadores Campesinos Túpac Katari, cuyos dirigentes defendían la propiedad privada agraria. Esto demuestra que  no hay un solo campesinado, más bien hay un campesinado de pequeños propietarios que es permeable a las argumentaciones de la derecha y un campesinado pobre que confía y es de confianza para el cambio. Este retroceso relativo tiene varias causas, la crisis económica, la contraposición ficticia entre campo y ciudad sobre la que se basa la derecha y el hecho que la campaña y el actuar moderado y conciliador del gobierno, tanto en lo político como sobre todo en lo económico, sigan siendo desorientadores tanto para el voto popular urbano como para la clase media. En resumen mientras la derecha movilizaba la clase media y la pequeña burguesía el oficialismo ha sabido perder votos entre sectores populares urbanos en absoluto interesados a la defensa de la propiedad privada por perseguir la derecha en su propio terrenoy por no tener respuestas claras a la crisis.Pequeños numero por ahora, que pero pueden hacerse tendencia.

El mensaje político del voto

La comparación entre el voto por la constitución y el voto por el referéndum dirimidor demuestra la corrección de nuestra interpretación de este sufragio. Sin duda el resultado que más duele es el de Cochabamba ciudad donde se pierden 8000 votos aproximadamente y gana el NO con una ventaja del 6%, pero al mismo tiempo en Cochabamba gana la opción por las 5000 hectáreas con una mayoría muy parecida a la del referéndum revocatorio, y lo mismo en Santa Cruz y casi todo el país. Es una evidente contradicción porque si no pasaba la nCPE el referéndum dirimidor no tenía efecto. El voto urbano no expresa ningún interés directo a la cuestión de la tierra, entonces este es un mensaje político claro y ni siquiera es el primero que llega al MAS de las urnas. En el 2006 se votó contemporáneamente para la elección de los constituyentes y el referéndum autonómico nacional impuesto por la derecha. Bien en este entonces casi medio millón de electores votaron en blanco por la Asamblea Constituyente pero se expresaron en el referéndum, y esto, como demuestran los datos de la Corte Nacional Electoral pasó tanto en El Alto como en Santa Cruz, en La Paz como en Cochabamba. El tema de la tenencia de tierra es percibidos como cambios inmediatos y efectivos, entonces el mensaje principal que viene de las urnas es el que resumimos con nuestros títulos: “si a cambios estructurales y profundos, no a negociaciones” o cambios superficiales.

¿Y ahora qué?

El voto expresa también el fiasco de la estrategia de la dirección oficial masista. El acuerdo del Congreso fue justificado con la idea de apaciguar el país con un pacto político basado sobre la aceptación de todos los partidos al texto modificado de la nCPE. Ha pasado exactamente el contrario, como era de prever y decimos a su tiempo. El país está más polarizado que nunca, la derecha ha utilizado el dialogo para recuperarse tras el fracaso de su intento golpista, la Media Luna que había desaparecido con el referéndum revocatorio vuelve a ser una realidad en la geografía político electoral del país. Pese a esta evidencia los grandes tejedores del dialogo, como el Ministro Romero, todavía a mesas abiertas ya hablaba de un nuevo “pacto político” cuyo contenido sea la implementación de la nCPE. Hace siempre dijimos que Evo Morales puede gobernar solo apoyándose al movimiento de masa e inclinándose a las reivindicaciones del movimiento obrero, que, como demuestran los datos del voto de los centros mineros indicados en nuestra tabla representa aun la parte más confiables de todo el proceso de cambio. La nCPE ahora puede implementarse solo priorizando la Agenda Económica del país, escribiéndola a partir de la Agenda de Octubre y de las reivindicaciones del movimiento obrero campesino, con el fin de dar una salida progresista y socialista a la crisis económica. Un nuevo escenario de dialogo en cambio solo acentuaría las debilidades y haría de las advertencias salidas por las urnas una peligrosa tendencia destinada a sepultar una vez más la esperanza del pueblo. La batalla a los reformistas dentro del MAS y su dirección se hace siempre más urgente y a esta llamamos todos los revolucionarios y los activistas de este partido que luchan por el socialismo. Por su parte el movimiento obrero y sindical debe entrar en el escenario político con la misma fuerza y determinación que demuestra en las urnas, planteando su independencia en primer lugar frente al empresariado y al mismo tiempo saliéndose de su condición de acompañante del gobierno. La COB debe plantear un programa que represente las aspiraciones de cambio que resultan de estos comicios y al mismo tiempo una salida a la crisis económica. Debe hacer existir este programa en el cuerpo vivo de la clase trabajadora para movilizarla y marcar así su protagonismo con el fin de profundizar el proceso revolucionario forzando la Agenda Económica Nacional y de contrabalancear y desbaratar las presiones de reformistas en el gobierno y del empresariado.

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