La insurgencia magisterial

La reforma educativa pretende avanzar en el desentendimiento del Estado a la educación básica y en el desmantelamiento de los derechos laborales de los trabajadores de la educación, buscando eliminar a uno de los sectores más combativos del sindicalismo mexicano: la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE). Pese a las decididas protestas del magisterio el régimen ha mostrado su firme determinación de avanzar en la aplicación de su programa de ataques aprobando la ley de servicio docente, una de las últimas medidas que le faltaban acordar de su contrarreforma educativa. Con esto, el gobierno de Peña Nieto y su Pacto por México demuestra una vez más su carácter de clase, atropellando los derechos de los trabajadores.

La reforma educativa fue la primera iniciativa que el gobierno de Peña Nieto impulsó tomando posesión. El ataque fue tan rápido, aprovechando un periodo temporal de desorientación y dispersión del movimiento de masas, que no dio tiempo de dar una respuesta contundente a nivel nacional. Para poder hacer valida la reforma había que aprobarla en la mayoría de los congresos Estatales y vimos algunos pocos casos donde se dio una resistencia local. Pero ya en ese entonces se vio la explosividad que hay debajo de la superficie con la lucha en el estado de Guerrero, donde los maestros agrupados en la CETEG  ganaron a la mayoría de la base magisterial y encabezaron la conformación del Movimiento Popular de Guerrero agrupando a otros sindicatos, organizaciones sociales y Policías Comunitarias. Esta lucha incluyó marchas armadas en la Capital Estatal, la toma del congreso y acciones de enojo de las masas que terminaron por destrozar los locales de todos los partidos políticos.

Una reforma laboral para los trabajadores de la educación

La reforma ya había sido aprobada en lo fundamental, siendo modificados los artículos 3° y 73 de la Constitución, pero ahora ha tocado el turno a las leyes secundarias, donde se especifican los diversos ataques. Los profesores han denunciado que ésta es en realidad una reforma laborar en la educación. En un comunicado de la Sección XVIII de la CNTE del Estado de Michoacán señalan:

“Esta aprobación rompe con el sentido social de nuestra Constitución, borra su orientación y perfil popular y la convierte en una ‘arma legal’ (pero no legitima) de los ricos del país; destruye el sentido estratégico  para el desarrollo nacional, juega la formación de los ciudadanos mexicanos; deja en manos de la OCDE, de mexicanos primero y en general de ese grupo de ricos, la determinación del qué, cuándo y cómo se enseña”.

“Así mismo, al magisterio y  pueblo de México se nos  niegan el goce de las garantías establecidas en la Carta Magna, se coloca a los maestros mexicanos, como ciudadanos indefensos a la espera del despido. Serán necesarios solamente procedimientos administrativos, para borrar el derecho a la plaza de base, la seguridad y estabilidad laboral, contratación colectiva, los derechos escalafonario, el derecho de ejercer libremente la profesión. Igualmente somete la educación a las competencias educativas empresariales regresivas”.

A finales del 2012 fue aprobada las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo. Aquí se ataca a los nuevos trabajadores y se justifica el trabajo eventual, por hora y por temporada. El siguiente paso es desmantelar el trabajo estable y la organización sindical, eso es justo lo que intentan ahora con los trabajadores de la educación, pero continuará con todos los trabajadores sindicalizados y con estabilidad laboral del sector público y privado. Este no es un ataque aislado.

Respuesta organizada

Esta lucha es política, el Estado quiere aplastar a uno de los sectores más organizados del proletariado mexicano, al ala izquierda del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Pero el tiro les puede salir por la culata.

Al iniciar el ciclo escolar miles de maestros de estados como Oaxaca, Michoacán y Guerrero iniciaron un paro indefinido de labores. En Chiapas los maestros se han sumado al mismo. Los maestros han ocupado la plaza central del país y han estado realizando movilizaciones a diario. Estas han incluido bloqueos a las entradas de las grandes televisoras (Televisa y TV Azteca) que encabezan una campaña de difamación, mentiras y calumnias contra la CNTE. También se bloqueó la avenida principal que conecta al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, afectando seriamente su funcionamiento.

El gobierno federal, la burguesía y sus medios de comunicación, han desatado una campaña histérica de linchamiento, pretendiendo que el Gobierno del DF reprima a los manifestantes. El diputado de izquierda, Ricardo Monreal, ha denunciado que Peña Nieto prepara una represión como la que hizo en San Salvador Atenco cuando era gobernador del Estado de México.

No dudamos que una represión de este tipo esté en los planes del Estado, pero hacerlo en este momento podría desencadenar una lucha mayor, en vez de replegarla. En Estados como Michoacán o Guerrero hay una batalla constante entre el aparato Estatal y las Policías Comunitarias y grupos de autodefensas, en más de una ocasión la represión ha significado el levantamiento de las comunidades obligando al Estado a retroceder. Es muy peligroso para el Estado pretender apagar el fuego arrogando gasolina, en algunos momentos en comunidades aisladas su represión puede tener éxito, pero en esta lucha donde están puestos los ojos de los trabajadores y jóvenes del país difícilmente pueden actuar de la misma forma.

Lo cierto es que el régimen ha demostrado que va a aplicar su programa a como dé lugar, eso implica que todas las organizaciones clasisitas y opositoras al régimen debemos profesionalizar nuestro trabajo ante eventuales golpes del Estado, pero la mejor respuesta es estar lo mejor organizados, unificados y con acciones firmes en la lucha de masas.

El ejemplo de lucha

Desde que Peña Nieto fue declarado fraudulentamente presidente electo, solo habíamos visto resistencias locales a sus ataques. Esta lucha ha trascendido esto y se ha convertido en el foco de atracción de la lucha de clases a nivel nacional, empezando por los propios trabajadores de la educación.

En los estados más recónditos del país, como los de la península de Yucatán (Yucatán, Campeche, Quintana Roo), pasando por Puebla, Tlaxcala y Veracruz, las dos Baja California, estados norteños como Chihuahua, Durango, Coahuila y Sonora y los maestros del DF y Estado de Mpexico se han dado protestas y paros, encabezadas por las disidentes o incluso por los dirigentes charros lo cual refleja la presión y el ambiente entre la base. Esto fue particularmente claro en las movilizaciones del 4 de septiembre que ha sido una autentica insurgencia magisterial.

El gobierno de Peña Nieto maneja siempre un doble discurso. Mientras atacaba al magisterio, detuvo al inicio de su mandato a la odiada exlíder del sindicato de maestros: Elba Esther Gordillo. Es claro que su objetivo no era ayudar a la democratización del sindicato, en su mayoría todavía controlado por los charros sindicales, pero lo cierto es que esto ha debilitado a la burocracia sindical progubernamental y las bases sindicales pueden reaccionar más favorablemente a la lucha que en el pasado.

Esta respuesta se explica sobre todo por el hartazgo de las masas a los efectos de este sistema capitalista que solo nos ofrece hambre, explotación, estrés, desempleo y muerte. Esto es cierto también para el resto de la población y la juventud, que suele ser más sensible a estos problemas. No es casualidad que una de las características de esta lucha es que está atrayendo a importantes sectores de los jóvenes, empezando por los estudiantes normalistas.

La unidad: el único camino

Mientras que el Estado está terminando de aprobar una reforma ya inicia con la siguiente. El turno es para los energéticos (electricidad, petróleo) que se quieren otorgar como negocio privado de los capitalistas para seguir con el incremento de impuestos. Estos ataques forman parte de un todo y merecen una respuesta unificada.

Sin importar las protestas las cámaras de diputados y senadores aprobaron en fast track la ley de servicio docente, solo falta que esta sea publicada por la presidencia para que entre en función. Los dirigentes de la CNTE han declarado que no van a obedecer estas leyes, y esto puede ser cierto donde los maestros están mejor organizados, pero no detendrían el ataque a nivel general. La única salida que tiene la CNTE es extender su lucha, eso significa unificarla con el movimiento nacional que está surgiendo en defensa del petróleo.

La CNTE ha aprobado asistir al mitin que está convocando el Movimiento Regeneración Nacional, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, para el próximo domingo 8 de septiembre. Esto es una decisión completamente correcta. Morena debería primeramente, dar un espacio a los maestros para que puedan hablar este mitin, pero sobre todo acordar conjuntamente con ellos y demás fuerzas en lucha un plan de acción nacional contra la reforma energética, contra la reforma financiera y por la derogación de las reformas al artículo 3° y 27 constitucional y de las leyes secundarias.

Es evidente que marchas, mítines y algún bloqueo aislado de carreteras no serán suficientes. Se necesitan realizar jornadas generales de lucha que incluyan Paros Nacionales y la preparación de una Huelga General.

Se suele corear en las marchas que el maestro luchando también está educando y es completamente cierto. Lo que nos enseñan los maestros es en una escala aun pequeña la poderosa fuerza que tiene el proletariado, si logramos unificarnos los trabajadores del país y romper la resistencia de las dirigencias burocráticas y reformistas, haremos temblar y retroceder a los capitalistas y a su gobierno títere. Si además logramos construir un partido y una dirección revolucionaria podremos borrarlos del mapa de la historia y empezar a construir una sociedad igualitaria y sin explotación en beneficio de los obreros, campesinos y del resto del pueblo. Los marxistas creemos que esta sociedad debe ser el socialismo basado en democracia obrera. Las luchas inmediatas no deben perdernos de vista que la transformación radical de la sociedad es el objetivo principal al que aspiramos. Lo que vivimos hoy son solo lecciones de las cuales millones de trabajadores aprendemos de la historia que estamos escribiendo.

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