Francia: es necesaria la huelga general para derrotar al gobierno.

Publicamos este artículo, escrito el 26 de octubre. Aunque la situación en Francia ya ha cambiado, consideramos que contiene toda una serie de consideraciones muy importantes sobre el movimiento de la clase obrera francesa que siguen siendo válidos.

El viernes 22 de Octubre finalmente el gobierno francés logró aprobar en el senado la reforma de las pensiones. El cada vez más impopular gobierno de Sarkozy, enfrentado con un movimiento sin precedentes de huelgas, manifestaciones, cortes de carreteras, piquetes masivos y asambleas generales, confiaba en que esto, unido a las vacaciones escolares del puente de Todos los Santos, detendría al movimiento. Sin embargo parece que no es eso lo que está pasando.

Foto: airelle.infoCon todas las encuestas mostrando todavía un apoyo a las huelgas y bloqueos de entre el 60 y el 70%, y una de ellas sugiriendo que el 59% de la población está a favor de la continuación del movimiento incluso después de la aprobación de la ley, los líderes sindicales se han visto forzados a convocar dos “jornadas nacionales de acción” más, para el jueves 28 de Octubre y el sábado 6 de Noviembre.

Sin embargo, el ambiente generalizado que se respira dentro del movimiento es de que más días de acción no son suficientes para obligar al Gobierno a dar marcha atrás. Desde principios de Septiembre ha habido seis jornadas de acción, tres de las cuales contaron con más de tres millones de manifestantes a lo largo y ancho del país. Después del día de acción del 12 de Octubre, con 3,5 millones de personas en las calles, una serie de sectores comenzaron huelgas indefinidas, destacando los trabajadores de las refinerías y de los ferrocarriles. A pesar de la tozuda reticencia de los dirigentes sindicales a convocar una huelga general, sector tras sector de trabajadores se han sumado a un movimiento creciente con la idea central de que sólo paralizando la economía se puede derrotar al gobierno.

La huelga continuada de los trabajadores de refinerías alcanzó un punto donde la mitad de las gasolineras del país estuvo sin gasolina, con un impacto aún mayor en el Oeste del país y la región de París. Como en cada movimiento huelguístico importante, los trabajadores han tomado conciencia de su propia fuerza. Marcel Croquefer,  delegado sindical de la CGT en el grupo Total, lo explica así:

Hemos tomado conciencia de nuestro peso, de nuestra capacidad para organizar acciones decisivas.” También explica cómo se han convertido en un punto focal para el movimiento y han recibido solidaridad desde diversos grupos de trabajadores. Croquefer explicó que la solidaridad es muy positiva pero que “al mismo tiempo, mientras más sectores se sumen a la huelga, más fuertes seremos”.

El mismo sentir se expresa en la declaración de la Federación Nacional de Trabajadores Químicos de la CGT. Al mismo tiempo que agradece a todos aquellos que han mostrado solidaridad explica que:

“Queremos que quede claro una vez más que la mejor forma de “solidaridad” es fortalecer las huelgas y extenderlas a otros sectores de la economía. Solo de esta manera seremos capaces, todos juntos, de parar el desmantelamiento de nuestro sistema de bienestar social por parte del Medef1 y el Gobierno”.

El sindicato de trabajadores de refinerías de la CGT está a la izquierda de la dirección nacional, rechaza la idea de “paz social” y permanece leal a la “lucha de clases”. Pero sería equivocado pensar que son solo los trabajadores de las refinerías los que forman este movimiento. Los puertos del país continúan en huelga, impidiendo que se descargase crudo en las principales terminales del país. También hubo bloqueos de carreteras realizados por los camioneros, huelgas del transporte público en ciudades como Marsella y Toulouse, bloqueos en muchos aeropuertos la semana pasada, continúa la huelga indefinida de los basureros en Marsella, en la educación pública, etc.

La huelga de los trabajadores de la energía, incluyendo paros en algunas de las plantas de energía nuclear del país, ha tenido también un impacto importante. Según cifras oficiales, el 19 de Octubre entre las 13 y las 14 horas, Francia tuvo que importar 5.990 megavatios de electricidad, el equivalente a la producción de 6 reactores nucleares.

Un vídeo muy interesante del bloqueo del aeropuerto de Toulouse el 21 de Octubre (ver: Un peuple organisé, pour les empêcher de voler.) muestra la actitud de sectores crecientes del movimiento:

Hemos tenido muchas manifestaciones y Sarkozy no escucha. Debemos ir a algo más… necesitamos bloquear la economía… necesitamos una huelga general” parecía ser la opinión general de los participantes en el piquete.

El piquete masivo de centenares de personas (quizá incluso 1000) estaba compuesto de trabajadores y activistas sindicales de los autobuses, Airbus, estudiantes, trabajadores hospitalarios, y muchos otros, y había sido organizado a iniciativa de la Asamblea General Interprofesional de Tolouse del día anterior.

Está claro que algunos de los dirigentes sindicales querían poner punto y final al movimiento, aprovechando el hecho de que la ley de la “reforma” de las pensiones iba a ser aprobada en el senado el 20 de Octubre. La masividad de las manifestaciones el 19 de Octubre impidió a la mayoría de ellos la retirada. “Dada la actitud de las bases no podemos poner fin al movimiento”, explicaron, casi pidiendo perdón, dirigentes sindicales de la CFDT y la CGT. Sin embargo, en lugar de dar una dirección clara al movimiento, llamando a la huelga general, el único paso que fortalecería al movimiento, llamaron a otras dos “jornadas nacionales de acción” para el 28 de Octubre y el 6 de Noviembre (esta última en sábado). Los dirigentes sindicales parecen más preocupados de ser desbordados por el movimiento que de dar a la lucha una dirección clara.

Esto dejó al movimiento sin una dirección clara, pero a pesar de eso los paros, los bloqueos de carreteras, las huelgas y toda suerte de iniciativas para mantener el movimiento vivo se desarrollaron a iniciativa de las bases y de las uniones locales y regionales de los sindicatos. El día que estaba previsto que el Senado aprobara la ley, el miércoles 20, miles de trabajadores y estudiantes marcharon en París en dos manifestaciones separadas, una convocada por las organizaciones de estudiantes y la otra a iniciativa de las Asambleas Generales de trabajadores ferrocarrileros, postales y otros. Ambas manifestaciones trataron de llegar al edificio del Senado, pero fueron detenidas por la policía antidisturbios. El principal problema fue que, por la ausencia de un llamamiento por parte de la dirección nacional, no eran suficientemente numerosos.

Los medios se han centrado en las huelgas de las refinerías, pero un informe el viernes 22 informaba de que había cerca de 250 establecimientos industriales en el sector privado afectados por huelgas y paros de uno u otro tipo. En la región norteña de Pas-de-Calais, donde la dirección de la CGT está a la izquierda de la dirección nacional, 25 fábricas privadas han estado en huelga o sufrido paros de diversa duración. Muchos polígonos industriales por todo el país están funcionando solo parcialmente debido a los bloqueos regulares y piquetes masivos que están organizando los activistas sindicales.

El Gobierno continúa hablando de una “minoría de radicales chantajeando al país” y los medios ocultan la extensión real de la huelga. Esto se contradice con las declaraciones del ministro de Economía de que el movimiento está causando pérdidas diarias de entre 200 y 400 millones de euros.

La ciudad portuaria de Le Havre es uno de los epicentros del movimiento, con manifestaciones masivas de decenas de miles y un bloqueo indefinido del puerto. Aquí se están celebrando asambleas generales interprofesionales en las que todos los sectores en lucha comparten información y toman decisiones prácticas. El boletín diario de la asamblea general (Havre de Greve, havredegreve.org) ha enumerado las fábricas y centros de trabajo que todavía formaban parte del movimiento de huelga el sábado 23 de Octubre: Total Refinería de Normandie, CIM puerto (99%), Petrochemicals, SNCF (ferrocarriles), Chevron, Centrale EDF (energía), Exxon, Foure Lagadec, Vinci, Ponticelli, Debris, Opteor, trabajadores de la construcción, trabajadores públicos regionales en Gonfreville, Gainneville, d´Harfleur, Konecranes, también Aircelle, conductores de camiones, Renault Sandouville, France Télécom, Lafarge, Yara, etc.

El Gobierno ha respondido con violencia y represión. Hay cantidad de testimonios y videograbaciones (ver: Manifs : la vidéo qui fait débat) mostrando la presencia de agentes provocadores en las manifestaciones estudiantiles y provocando actos violentos en las manifestaciones en general. La CGT ha denunciado casos de policías de paisano llevando pegatinas de la CGT o incluso brazaletes del servicio de orden de la CGT provocando incidentes violentos durante las manifestaciones. Para defender sus manifestaciones contra los provocadores y la policía antidisturbios, la última manifestación estudiantil contó con un servicio de orden de sindicalistas.

Al mismo tiempo, conscientes del papel clave que están jugando en la lucha los trabajadores de las refinerías, el Gobierno ha usado tanto medios violentos como legales para intentar romper la determinación de los trabajadores. Primero usaron la CRS (policía antidisturbios) para levantar los bloqueos que estaban siendo organizados a las puertas de las principales refinerías y depósitos de combustible y que contaban con el apoyo de trabajadores de otros sectores. Pronto se convirtió en el juego del gato y el ratón. En una refinería, los CRS levantaron la barricada tan solo para darse cuenta de que si los trabajadores continuaban en huelga la refinería permanecería paralizada de todas formas. En otra refinería, los CRS quitaron las barricadas, pero los activistas sindicales procedieron a bloquear la rotonda de acceso para que no saliera combustible del lugar.

Usando leyes de emergencia, supuestamente previstas para casos de “emergencia nacional” el Gobierno “requisó” a todos los trabajadores de la refinería de Grandpuits el viernes 21, tras romper violentamente el piquete. Con 430 trabajadores, Grandpuits es la menor de las seis refinerías de Total en el país, aunque proporciona el 70% del combustible de la región parisina de Ile-de-France. En la práctica, estas medidas de "requisa", según las cuáles si los trabajadores no vuelven al trabajo se enfrentarán a penas de prisión, es un ataque sin precedentes al derecho a huelga. Esto muestra lo acertado del análisis marxista de que, en última instancia, el Estado (policía, jueces, etc) son “cuerpos de hombres armados en defensa de la propiedad privada”. La orden judicial inicial de obligar a los trabajadores a volver al trabajo fue revocada por un magistrado, solo para ser sustituida por otra orden de que en torno al 25% de los trabajadores debían volver al trabajo para cubrir “servicios mínimos”.

El movimiento de los trabajadores petroleros ha encontrado eco también en Bélgica. El sindicato socialista belga ACOD, quien organiza a los trabajadores en las compuertas del tráfico fluvial de los dos principales ríos, Escalda y Leie, han amenazado con bloquear el transporte fluvial de combustible a Francia. Otro sindicato socialista, la FGTB, en la refinería de Total de Feluy, bloqueó totalmente la planta al descubrir que estaba siendo usada para sabotear la huelga en Francia. Un grupo de sindicalistas importantes de sindicatos cristianos y socialistas, delegados y dirigentes sindicales, incluyendo algunos parlamentarios del Partido Socialista y del Partido Verde, junto con el ala de izquierdas del Partido Socialista SP.a Rood, han llamado al bloqueo de todo transporte de combustible para Francia que intenten romper el movimiento. El jueves 28 de octubre organizaron una manifestación en frente de la embajada francesa en Bruselas. Los marxistas del periódico Vonk han jugado un papel importante en esta iniciativa.

En una declaración el lunes 25, la FGTB declaraba que irían a la huelga en la refinería de Total de Feluy, la cual ha incrementado la producción durante los últimos días, lo cual es interpretado correctamente por los trabajadores como actividad anti huelga contra sus hermanos y hermanas de clase francesas. El sindicato ha advertido que ha apreciado un incremento de 25 cisternas de combustible por día y que, a menos que la producción vuelva a niveles normales, pararían la producción como de hecho hicieron el martes 26.

El movimiento de los trabajadores franceses ha cautivado la imaginación de millones de trabajadores, jóvenes y activistas sindicales alrededor del mundo, que pueden ver cómo los trabajadores franceses toman una postura firme contra unos ataques similares a los que ellos mismos están sufriendo. Un ejemplo de esto es el llamamiento a huelga general en Guadalupe, Martinica y Guyana Francesa para el martes 25 de Octubre. Está claro que las razones para esta huelga son particulares de esos territorios franceses de ultramar (aumento de los precios del combustible, de la comida, del agua y de la electricidad), pero han sido en parte también inspirados por los acontecimientos en Francia. Se puede constatar esto a través del llamamiento hecho por la UGTG de huelga indefinida de trabajadores de refinerías de petróleo en Guadalupe. A su vez, muchos trabajadores en Francia fueron inspirados por la victoriosa huelga general de 44 días que paralizó Guadalupe en 2009.

A pesar de la represión violenta y de las medidas legales draconianas por parte del gobierno francés, el lunes 25 los trabajadores de las seis refinerías de Total en el país votaron continuar con la huelga indefinida. Otras tres refinerías votaron lo mismo. En otras tres refinerías pertenecientes a Exxon Mobil los trabajadores votaron terminar la huelga y volver a la producción. De acuerdo con un portavoz de la compañía fue la “CFDT quién decidió no seguir jugando a este juego”. De hecho, el dirigente nacional de la CFDT, Chereque, hizo unas escandalosas declaraciones en France Inter, diciendo que “el derecho de la gente a circular libremente” debía ser garantizado y que las huelgas y bloqueos de refinerías y depósitos de combustible estaban “amenazando con minar la popularidad del movimiento”. Hay que decir sin embargo que Chereque solo estaba llevando a su conclusión lógica las palabras de la Intersindical Nacional del 21 de Octubre que declaraba que las iniciativas colectivas deberían tener en cuenta “el respeto a la propiedad y a la gente”.

Efectivamente, la dirección de la CFDT deseaba poner fin a este movimiento, pero después de la impresionante muestra de fuerza del 19 de Octubre se vieron obligados a convocar otros dos días de acción junto con la CGT. El Gobierno, con su postura firme e intransigente, también está haciendo más difícil el trabajo de los dirigentes sindicales. Dichos dirigentes están suplicándole al Gobierno que reabra las negociaciones, más que demandando la retirada de la reforma.

La dirección de la CGT también usa la excusa de mantener la “unidad sindical” para evitar un llamamiento a la huelga general, pero cuando el 60% de la población está a favor de la huelga general este argumento suena bastante vacío. El dirigente de la CFDT, Chereque, ha subrayado que él “no cuestiona la legitimidad del Parlamento” y que después de que la ley haya sido finalmente aprobada estaríamos en una “nueva etapa” y ha hecho también un llamamiento a las negociaciones con la organización patronal MEDEF acerca de “empleos para los jóvenes y los viejos”, preparando claramente su salida del movimiento. El dirigente de la CGT Thibault, sin embargo, no puede permitirse ser tan abierto, pues está bajo la presión de las bases de su sindicato, así que ha insistido en que “el movimiento no ha terminado”, pero añadiendo que tras la aprobación de la ley el movimiento “tomará nuevas formas”, ¡Y con esto claramente no se refiere a un llamamiento a la huelga general!.

El peligro en esta situación es que sectores que están en la lucha pueden cansarse si el movimiento no avanza. Así como las tres refinerías de Exxon Mobil han votado terminar la huelga, los recogedores de basuras de Marsella han votado también el fin de su huelga, propuesta por su sindicato mayoritario FO. Algunas de las asambleas generales de los trabajadores ferrocarrileros durante el fin de semana decidieron continuar el movimiento pero usar otros medios que les perjudiquen menos en sus salarios; por ejemplo, en vez de huelga de 24 horas, realizar huelgas de una hora al comienzo del turno y otra al final, causando así el máximo trastorno. El coordinador de la CGT del grupo Total explicó la actitud entre los trabajadores de las refinerías:

“Sabemos que las refinerías son enormemente importantes en este movimiento, pero no queremos ser los únicos que nos movamos en Francia”.

La responsabilidad aquí recae sobre los hombros de los dirigentes sindicales, particularmente los de la CGT. Las condiciones no podrían haber sido mejores para el desarrollo de una huelga general que hubiera puesto de rodillas al Gobierno y obligaría a retirar la reforma de las pensiones. Hay un apoyo masivo y sin precedentes al movimiento, incluso a pesar del trastorno causado. El índice de popularidad de Sarkozy, ahora de solo 29%, está en su punto más bajo desde su elección en 2007. Se han forjado fuertes vínculos de solidaridad entre los huelguistas en los diferentes sectores de la economía en base a los piquetes y los bloqueos conjuntos, y se ha establecido en muchos pueblos y ciudades formas básicas de coordinación con las asambleas generales interprofesionales. Todo lo que falta es una dirección sindical que esté a la altura.

El miércoles 27 de Octubre finalizó el proceso parlamentario para la aprobación de la reforma de las pensiones, y el Gobierno ha puesto mucho énfasis sobre la cuestión de la legalidad de la reforma en un intento de ganar legitimidad ante el movimiento. Sin embargo, la lucha anti CPE [contrato juvenil de inferiores derechos] del 2006 consiguió forzar la retirada del “contrato de primer empleo” tras haber sido aprobada por el Parlamento. Increíblemente, los dirigentes sindicales llamaron a un día nacional de acción para el 28 de Octubre, después de la aprobación de la ley. Las organizaciones estudiantiles han llamado a un día nacional de acción previo, para el martes 26, con manifestaciones en las que podrían participar muchos trabajadores.

El presente movimiento de la clase trabajadora francesa es una confirmación extraordinaria del poder de la clase trabajadora de hoy. Lo que hace falta es un llamamiento claro a la huelga general. Si no viene de arriba, las asambleas generales interprofesionales locales y regionales deberían coordinarse a niveles departamentales y nacional, mediante representantes electos, para dar al movimiento una dirección clara. A pesar de los obstáculos a los que se enfrentan, los trabajadores franceses tienen tradiciones revolucionarias. Este es el país de 1936 y 1968, como los camaradas del periódico marxista del PCF La Riposte señalan claramente, es decir, un país con tradiciones revolucionarias de movimientos desde abajo que escapan al control de los dirigentes sindicales. La última palabra todavía no ha sido dicha.

Jorge Martín

(France on strike) con fotos de huelgas y bloqueos a lo largo del país.

1 La organización de la patronal francesa