Economía

El FMI declaró a principios de abril que hemos entrado en la “peor crisis económica desde la Gran Depresión”. Ayer, su perspectiva fue confirmada tras la publicación de cifras por parte de los EEUU que mostraban una caída del 4,8%. Hoy, las cifras revelan una contracción del 3,8% en el primer trimestre en la Eurozona. La desastrosa gestión de la pandemia del coronavirus ha agudizado una crisis que ya se estaba gestando.

La producción mercantil es inherente al capitalismo, se produce para el mercado y para obtener la tasa de beneficios más alta posible. Ese es el leitmotiv en todos los sectores productivos, no se trata ni de satisfacer las necesidades vitales o sociales de la humanidad, ni tampoco de mejorar o cuidar la salud del homo sapiens.

La pandemia que se extiende por todo el mundo ha desencadenado una recesión mundial. La clase dominante está tratando de encontrar los medios para amortiguar este golpe salvaje a la economía. En su desesperación, están rompiendo todas las reglas que han dirigido su política durante los últimos 80 años. El sistema capitalista se enfrenta a la peor crisis de su historia.

Hace tres semanas, Trump anunció aranceles por $200 mil millones de dólares a las importaciones desde China. El anuncio fue recibido con protestas de parte de los chinos, así como por grandes empresas en los Estados Unidos. China respondió con aranceles sobre otros $60 mil millones de importaciones desde los Estados Unidos. Esta guerra com

Las expectativas en la reciente reunión del G7 no eran altas, pero el resultado fue incluso peor de lo esperado. Por primera vez, el G7 terminó sin una declaración conjunta, y con Trump arremetiendo contra Canadá y la UE. La cumbre en Corea del Norte, por otro lado, terminó con todas las sonrisas y una declaración conjunta que prometía paz, desnuclearización y seguridad.

Después de imponer fuertes tarifas en los paneles solares, lavadoras, acero y aluminio, Trump está ahora buscando pelea con China. Sus últimas propuestas apuntan a exportaciones chinas por valor de 60.000 millones de dólares y amenazan con una guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.

A pesar de toda la euforia del último periodo acerca de la recuperación de la economía mundial y el crecimiento bursátil, los acontecimientos han dado un brusco giro a peor. La semana pasada, las bolsas de todo el mundo se derrumbaron.

El gigante farmacéutico Pfizer detendrá la investigación sobre el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, y se espera que despida a 300 investigadores y personal de desarrollo en Massachusetts y Connecticut, en un movimiento que podría obstaculizar seriamente el progreso hacia tratamientos efectivos para estas enfermedades.

La crisis capitalista de 2008 fue rescatada con una enorme transfusión de dinero público hacia los bancos. El sistema ha sobrevivido de esta manera desde entonces.

Casi todo el mundo está implicado en el Establishment, en el mundo los ricos y de la clase dominante: jefes y ex jefes de Estado; magnates de los negocios; y celebridades. En la mayor filtración de datos de la historia se ha revelado cómo la élite global hace uso de 200.000 empresas fantasmas creadas por el bufete de abogados de Panamá, Mossack Fonseca, para asegurar su dinero en paraísos fiscales en el extranjero y ponerlos a recaudo de cualquier investigación.

La llegada de la aplicación de teléfono inteligente Uber ha provocado un caos en la industria del taxi. La aplicación, que apareció por primera vez en junio de 2009 en San Francisco, se ha extendido rápidamente y hoy se encuentra en más de 300 ciudades en aproximadamente 58 países. Aunque ofrece muchas ventajas en comparación con los taxis tradicionales, incluyendo tarifas más bajas, está teniendo graves efectos sobre las condiciones de vida de los taxistas.

El Fondo Monetario Internacional se ha visto obligado, no sólo a rebajar sus previsiones de crecimiento en varias ocasiones, sino que ahora anuncian una caída del PIB mundial medido en dólares, la primera desde el año 2009. Se trata de un reflejo del mundo en crisis en el que estamos.

Los mercados de valores mundiales han estado desplomándose, desde Shanghái y Shenzhen hasta Londres y Nueva York. Un mar de luces rojas invadió las pantallas de los ordenadores de las bolsas de todo el mundo provocando el pánico total y ventas masivas. La conmoción y la incredulidad entre los inversores eran omnipresentes. Aunque el Dow Jones [indicador de la bolsa de Nueva York] se ha recuperado de sus peores pérdidas, una volatilidad extrema impregna todo el sistema. ¿Será este un accidente aislado, tras el cual las cosas volverán rápidamente a la normalidad, o el inicio de una serie de choques en una cadena interminable de acontecimientos?

Cambios tectónicos están teniendo lugar en la economía mundial. El precio del petróleo se ha reducido drásticamente en los últimos seis meses. El precio del petróleo Brent ha caído a menos de 60 dólares el barril. Esto marca una caída de cerca del cincuenta por ciento en el precio de 115 dólares por barril en junio. Se anuncia una nueva etapa de la crisis capitalista, y su impacto se hace sentir en todo el mundo.