Europa

El capitalismo español atraviesa su crisis política más grave desde la Transición. El movimiento por la autodeterminación de Catalunya, que tiene un contenido revolucionario indudable, ha puesto en jaque a todas las instituciones del Estado. Todas ellas: el gobierno central, la judicatura, las fuerzas represivas y la Corona se han implicado hasta el cuello para tratar de aplastarlo.

Parecía como si todo estuviera decidido de antemano. El presidente catalán, Carles Puigdemont, iba a acudir al Parlamento catalán y anunciar la formación de una república independiente, como estaba obligado a hacer por los resultados del referéndum del 1 de octubre. Esto sería seguido por la suspensión de la autonomía catalana por parte del Estado español, que había declarado ilegal el referéndum, y tal vez incluso por la detención de los miembros del gobierno catalán por rebelión. Al final, el choque se retrasó, pero con toda probabilidad no se evitó.

El proceso independentista catalán se encuentra en un momento crítico. La disyuntiva es avanzar o retroceder. El Tribunal Constitucional ha prohibido la celebración del pleno del Parlament de Catalunya del lunes, que debía ratificar el resultado del Referéndum del 1-O y proclamar la República catalana. Desairando el discurso Real, han surgido iniciativas de diálogo por todas partes, con escasa probabilidad de salir adelante. Por su parte, la burguesía catalana se ha alineado abiertamente con el régimen español, y ha iniciado una guerra mediática de amenazas económicas contra su propio pueblo.

Ayer 3 de octubre, Catalunya vivió una protesta gigantesca contra la represión del Estado, en un clima insurreccional en algunas partes de la comunidad. El gobierno del PP quemó en apenas 15 días todo su arsenal represivo en su intento vano de abortar el Referéndum sobre la independencia del 1-O, y lo hizo arrojando gasolina sobre el fuego en un pastizal seco, provocando un incendio de dimensiones colosales. La acción directa de las masas en la calle ha maniatado todo intento del Estado de aplastar el movimiento por la autodeterminación. Desairado por todo un pueblo, y suspendido en el aire sin apoyos parlamentarios sólidos, el Rey ha acudido en ayuda del gobierno del PP y de

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La represión policial brutal no logró detener el referéndum de la independencia catalana ante la determinación de cientos de miles de personas de superar todos los obstáculos para participar.Lo que vimos ayer en Catalunya fue, por un lado, la verdadera fea cara del régimen español creada durante la llamada "Transición" al final del franquismo y, por otro lado, la movilización masiva y la autoorganización del pueblo catalán para ejercer su derecho a la autodeterminación.

Publicamos a continuación un comunicado de la Corriente Marxista Internacional, de la que forma parte nuestra corriente Lucha de Clases, sobre la crisis en el Estado español. El referéndum de independencia catalán desafía al régimen de 1978, y se ha encontrado con la dura represión del Estado español. La CMI apoya el derecho del pueblo catalán a la autodeterminación. ¡por una República socialista catalana, que actúe de chispa para la revolución ibérica!

Estos días el pueblo de Catalunya está librando una batalla épica contra el aparato represivo de todo un Estado, blandiendo el derecho a decidir su destino frente a todos los perros y lobos que aúllan venganza ante el desafío revolucionario de no ver aceptada su legalidad ni sus imposiciones. Decenas de miles salen a diario a las calles de toda Catalunya, vemos los primeros pasos de la entrada en escena de la clase obrera en los acontecimientos, y también los primeros elementos de organización popular con la creación de comités de lucha en algunos barrios. Millones observan confusos y expectantes en el resto del estado español. Los próximos días se anuncian decisivos.

Miles de personas han tomado las calles de Barcelona para defender el Referéndum del 1-O y el autogobierno de Catalunya. Conforme arrecia la represión policial y la proclamación de facto de un estado de excepción, que incluye en la práctica la anulación del autogobierno catalán, la detención de 12 personas, en su mayoría altos cargos de la Generalitat y el allanamiento sin orden judicial de la sede de la CUP, la situación se aproxima al punto de ebullición de una situación revolucionaria.

En el mediodía de este domingo 17 de septiembre se celebró en Madrid el acto de apoyo al Referéndum en Catalunya del 1 de octubre, que había sido prohibido en primera instancia por el juez derechista José Yusti por celebrarse en un local municipal, la primera vulneración de derechos democráticos básicos fuera de Catalunya desde que se convocó el Referéndum. Centenares de personas abarrotaron las inmediaciones del lugar, la mayoría de las cuales tuvo que seguir el acto en la calle por la falta de aforo del local.

La actualidad política está marcada por las consecuencias del atentado yihadista de agosto en Barcelona, la situación en Catalunya y el comienzo de un declive claro del gobierno del PP. En paralelo, vemos un resurgimiento incuestionable de las luchas obreras. Rajoy está tratando desesperadamente de capitalizar a su favor los dos primeros aspectos de la manera más vergonzosa y ruin para apuntalar su debilidad, pero la situación social y económica, más la corrupción desaforada de su partido y sus políticas reaccionarias, limitan sus posibilidades de revertir la situación.

Incluso antes de que el Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados de las elecciones a la Asamblea Constituyente del domingo en Venezuela, la oposición y el imperialismo ya habían declarado que había habido fraude masivo y que no reconocerían la legitimidad de la Asamblea. Desde entonces, han aumentado la presión en todos los frentes. ¿Cómo enfrentarles?

Federica Montseny speaks at the historical meeting of the CNT in Barcelona on 1977, the first one after 36 years of dictatorship in Spain. Manel Armengol

Este año se cumple el 40º aniversario del que fue, sin duda, el año decisivo de la llamada Transición. En el año 1977 tuvieron lugar los asesinatos de Atocha, que elevaron la temperatura revolucionaria de la sociedad a su grado máximo, la legalización de los sindicatos y de los partidos de izquierda, entre ellos el PCE; la celebración de las elecciones semidemocráticas del 15 de junio, así como la firma de los infames Pactos de la Moncloa, que sellarían la traición a las expectativas populares despertadas a la muerte del dictador.

La entrega incondicional por ETA de su arsenal de armas a un grupo de verificadores internacionales, anunciada para el 8 de abril, es un paso consecuente con su decisión manifestada hace más de 5 años de abandonar definitivamente la lucha armada. Con este acto, ETA y el conjunto de la izquierda abertzale insisten en reafirmar su voluntad de luchar por sus objetivos a través de medios puramente políticos.