Europa

La política portuguesa se ha vuelto muy interesante en las últimas semanas. Las elecciones parlamentarias del 4 de octubre vieron un giro a la izquierda en la sociedad que refleja el descontento y la radicalización sembrados por la crisis del capitalismo en uno de los países que más ha sido afectado por la misma.

La convocatoria de elecciones para el 20 de diciembre pone fin al período de provisionalidad política, iniciado tras las elecciones europeas del 24 de mayo de 2014. Aquellas elecciones establecieron un punto de inflexión que marcó el declive de los partidos –PP y PSOE– en los que se había apoyado el régimen capitalista español durante décadas. Ahora, todas las encuestas pronostican para ambos partidos sus peores resultados en unas elecciones generales. Su voto combinado se estima  alrededor de un 50% del electorado.

La campaña de Jeremy Corbyn por la dirección del Laborismo abrió la tapa de la ira hirviente contra la austeridad y todo el Establishment político dentro de la sociedad. Su aplastante victoria fue un terremoto político que dejó a la derecha visiblemente afectada.

El anuncio por parte de la dirección de Air France, de un recorte de 2.900 empleos cayó como un rayo sobre los empleados de esta gran empresa. Ya habían consentido muchos sacrificios en términos de remuneración y condiciones de trabajo a lo largo de la última década. Muchos puestos ya han sido eliminados: la plantilla de la empresa pasó de 65.000 empleados en 2004 a 52.500 en la actualidad. La exasperación de muchos empleados ha alcanzado su punto álgido, como se muestra, por ejemplo, en el vídeo a continuación.

Reproducimos aquí la entrevista realizada a Alan Woods en la cadena de radio Ona Mediterránia en su reciente visita a Palma (Mallorca), donde participó en una jornada de debates sobre la crisis de la Unión Europea y Grecia. Alan habla de la crisis capitalista, la relevancia del marxismo, la capitulación de Tsipras en Grecia y el surgimiento de Podemos. Alan Woods es dirigente de la Corriente Marxista Internacional y editor de la página web In Defence of Marxism.

Las elecciones catalanas del pasado domingo han mostrado una sociedad muy polarizada, casi a partes iguales, entre los partidarios de la independencia y quienes desean seguir formando parte del Estado español. La política represiva del nacionalismo español reaccionario, impulsada por la derecha, es la principal responsable del agravamiento de esta cuestión. Y mientras que simpatizamos con la aspiración democrática de la mayoría del pueblo catalán a favor del derecho de autodeterminación, éste nunca se conseguirá siguiendo la estela del nacionalismo burgués. Lo que se necesita es una alternativa socialista y revolucionaria que una a los trabajadores por encima de las divisiones

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La Corriente marxista Lucha de Clases manifiesta su simpatía y apoyo al pueblo catalán contra las amenazas, la chulería y la fanfarronería fascistoide de que está siendo objeto por la derecha y la oligarquía española, su aparato de Estado heredado del franquismo, sus obispos, y su "troupé" de politiquillos, periodistas e intelectuales a sueldo.

SYRIZA ganó las elecciones de ayer, que Tsipras afirma le dan un mandato para continuar en el camino que ya había puesto en marcha este verano; es decir, aplicar las condiciones dictadas por la Troika. Él, sin embargo, ignora convenientemente el detalle no poco importante de que su coalición de gobierno (SYRIZA-ANEL) perdió un total de 416.000 votos en comparación con el voto de enero.

Esta asombrosa victoria de Jeremy Corbyn, que lo convierte en el líder del Partido Laborista, representa un terremoto político de proporciones monumentales. Ha transformado el mapa político británico de arriba abajo. Cientos de miles de trabajadores y jóvenes, desesperados por la situación, están celebrando esta victoria en todo el país. Michael Meacher ha descrito correctamente la campaña de Corbyn como "el mayor vuelco no revolucionario del orden social".

Las elecciones del 24 de mayo dieron la victoria a candidaturas situadas a la izquierda de la socialdemocracia en las tres ciudades más pobladas del estado español por primera vez en nuestra historia contemporánea. Este hecho, que es un reflejo político de las extraordinarias movilizaciones sociales que se han dado en años anteriores, abrió la posibilidad de lograr en el conjunto del estado una alianza electoral de las fuerzas que se han opuesto a los recortes sociales de los últimos gobiernos del PSOE y del PP.

Horror sin fin. Mujeres y niños que mueren de asfixia dentro de un camión en el corazón de Europa; niños arrojados muertos a las playas del Mediterráneo; hombres y mujeres golpeados como animales por la policía en toda Europa o marcados con números, como en los campos de concentración nazis.

Un terremoto político está sacudiendo al Partido Laborista hasta sus cimientos. Una cifra sin precedentes de 610.000 personas está votando para elegir un nuevo líder. Las ramificaciones se hacen sentir en todas partes. El estado de ánimo de ira y amargura que se han acumulado en la sociedad estaba buscando desesperadamente una salida. En Escocia, encontró la salida en el Referéndum y el auge del SNP (Partido Nacionalista Escocés). Ahora la campaña de Corbyn por la dirección del laborismo ha actuado como un pararrayos para este descontento. Parece ser imparable, con Jeremy Corbyn en camino de ganar la competencia de la dirección del Partido Laborista.