Europa

Por tercera semana consecutiva, trabajadores franceses de docenas de profesiones (conductores de trenes, maestros, médicos, enfermeras, bomberos, trabajadores de fábricas, ¡incluso cantantes de ópera!) colgaron sus herramientas y salieron a las calles, junto a cientos de miles de seguidores, para oponerse al reaccionario régimen de Macron. Si bien el gobierno ha estado minimizando la participación, alegando que solo 600,000 participaron, las protestas fueron al menos tan grandes como el 5 de diciembre. La federación sindical de la CGT afirma que eran aún más grandes, citando una cifra de 1.800.000 manifestantes, lo que sería la mayor movilización desde 1995.

Todos los reaccionarios están cacareando. Donald Trump expresó especial satisfacción por el resultado. "¡Felicitaciones a Boris Johnson por su gran VICTORIA!", escribió el presidente de Estados Unidos en Twitter. "Johnson logra una aplastante victoria electoral en el Reino Unido", exudaba el Financial Times, mientras la libra subía en los mercados de divisas.

La huelga general de ayer [jueves 5 de diciembre] contra la reforma de las pensiones de Macron vio una "convergencia de luchas" de toda la sociedad francesa. Según la CGT (la federación sindical al frente de la huelga), 1,5 millones de personas participaron en las manifestaciones, lo que haría de éste el mayor movimiento desde la batalla contra el paquete de ataques de Alain Juppé en 1995. El espíritu de los chalecos amarillos se puede sentir en las calles, donde (a pesar de las limitaciones de su dirección) los trabajadores están dirigiendo su furia, no solo contra la reforma de las pensiones, sino contra el gobierno en general.

El 5 de diciembre puede marcar un punto de inflexión en el desarrollo de la lucha de clases en Francia. Los sindicatos de la RATP y la SNCF [Red de Transporte Público Parisino y la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, NdT] han marcado este día como el punto de partida para una huelga indefinida. Sindicatos de otros sectores se están uniendo para fortalecer este movimiento, apelando también a la huelga indefinida.

El mediodía de ayer martes 12 de noviembre, los dirigentes del PSOE y Unidas Podemos (UP), Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, anunciaron de manera imprevista un acuerdo para formar un gobierno de coalición. Esta decisión ha tomado a todo el mundo por sorpresa, cuando ni en la noche electoral ni el lunes había trascendido ningún contacto ni negociación al respecto entre ambas organizaciones. De cualquier modo, este gobierno de coalición, si es investido como parece probable, abrirá una nueva etapa en la situación política y tendrá consecuencias relevantes para el futuro de la izquierda española.

Las elecciones del 10 de noviembre han dejado un paisaje político aún más inestable que las anteriores elecciones del 28 de abril. Aunque la derecha ha sido nuevamente derrotada, la dirección del PSOE fracasó en su cálculo político de emerger fortalecido, y la táctica de la dirección de UP de hacer fracasar la investidura de Sánchez y arriesgarse a nuevas elecciones, también se demostró un error como lo prueba su pérdida de votos y de peso parlamentario. La polarización de la situación, agitada por la cuestión nacional catalana, se muestra en el fortalecimiento de la ultraderecha y del independentismo catalán, así como de los nacionalismos vasco y gallego.

Se cumplen 30 años de la caída del Muro de Berlín y del inicio de los acontecimientos que condujeron a la desaparición, en los meses y años subsiguientes, de los regímenes estalinistas en la Europa del Este y la ex-Unión Soviética. La burguesía está utilizando esta efemérides para tratar de desacreditar una vez más el socialismo y el marxismo, y oculta que lo que cayó en realidad fue una caricatura burocrática y totalitaria que nada tuvo que ver con el socialismo y el comunismo genuinos. Lo que es inocultable, treinta años después, es la podredumbre del capitalismo a escala planetaria y cómo las masas trabajadoras en todo el mundo vuelven a buscar en el socialismo y el marxismo la

...

Recientemente, Alan Woods regresó de una exitosa visita de 10 días a San Petersburgo y Moscú, realizada por invitación del Partido Obrero Revolucionario (CMI). Hace unos meses, la sección rusa de la Corriente Marxista Internacional (CMI) se fortaleció enormemente por la adhesión de una gran cantidad de trotskistas que, aunque estaban formalmente fuera de nuestras filas, habían estado siguiendo nuestro material durante varios años y estaban totalmente de acuerdo con nuestras ideas, tácticas y métodos de trabajo.

La movilización y huelga general de ayer marcaron un salto cualitativo en la situación política en Catalunya. Durante los últimos cuatro días, las manifestaciones pacíficas masivas por la liberación de los presos políticos han sido brutalmente atacadas por la policía española y catalana. El jueves, los manifestantes también fueron atacados por neonazis protegidos por la policía, que golpearon brutalmente a un militante antifascista. Ha sido la indignación provocada por esta represión desenfrenada lo que ha llevado a miles de jóvenes a tomarse la revancha y montar barricadas.

Este viernes 18 de octubre hay convocada una huelga general en Catalunya y una movilización masiva que será histórica, con cinco columnas marchando por toda Catalunya para confluir en Barcelona. Este día de acción se organiza bajo las consignas de rechazar la sentencia del “Procés”, por la libertad de los presos políticos catalanes y por el derecho a la autodeterminación. La Corriente Marxista Internacional en el Estado español, Lucha de Clases, apoya incondicionalmente esta jornada de lucha.

"Barcelona ha visto más combates de barricadas que ninguna otra ciudad del mundo", escribió Engels en 1873. Ayer [15 de octubre], Barcelona mantuvo esta reputación. Varias organizaciones republicanas y democráticas convocaron vigilias pacíficas en Catalunya para protestar contra las condenas a que se enfrentan los presos políticos. En Barcelona, así como en otras localidades, los manifestantes, incluidas familias, personas mayores y niños, fueron atacados por la policía antidisturbios española y catalana, cargando con porras, balas de goma y dispositivos paralizantes.

Lucha de Clases rechaza la sentencia del juicio al “Procés”, emitida por el Tribunal Supremo, que incluye penas de cárcel de 9 a 13 años e inhabilitación a ocupar cargo público, para los 9 presos políticos catalanes y otros 3 encausados. Esta sentencia muestra nuevamente el carácter autoritario del régimen monárquico del 78.