Analisis

La Corriente Marxista Internacional en el Estado español rechaza la implicación española en la guerra de Ucrania. Rechazamos en particular el envío de armas al gobierno ucraniano y demás medidas anunciadas por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados el pasado 2 de marzo, con el apoyo entusiasta de la derecha y de la ultraderecha, así como de la izquierda pagada del régimen.

Se supone que fue el filósofo francés Voltaire quien escribió la célebre frase: “No apruebo lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Ya sea que las haya pronunciado o no, estas palabras se citan a menudo para describir el principio de la libertad de expresión.

Los compañeros de El Porteño entrevistaron al dirigente de la Corriente Marxista Internacional y editor de la revista América Socialista - En defensa del marxismo acerca de la invasión rusa de Ucrania y de los motivos subyacentes de este conflicto más allá de la propaganda del imperialismo.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dio un giro crítico el pasado lunes en la confrontación con Ucrania al reconocer las repúblicas separatistas en el este de Ucrania y ordenar el envío de las fuerzas militares rusas a esa zona. A continuación, publicamos la declaración de los camaradas rusos de la CMI, elaborada junto con nuestros seguidores marxistas en Ucrania y el Donbás, en oposición a este conflicto interimperialista.

La primera víctima de la guerra es la verdad. Este es también el caso de la intervención militar rusa en Ucrania. Los marxistas necesitan poder cortar la niebla de mentiras y propaganda de guerra y analizar las verdaderas razones detrás del conflicto; qué lo ha causado; y los intereses reales que subyacen a las excusas y justificaciones de las distintas partes implicadas.

El presidente ruso Vladimir Putin, en un discurso a la nación rusa ayer afirmó que “Ucrania fue creada por Lenin”. La verdad es que la Revolución de Octubre tuvo el gran mérito de liberar a las nacionalidades que habían sido oprimidas por la Rusia zarista, a la que Lenin llamó “prisión de las naciones", y que negaba todos los derechos a las minorías étnicas. Presentamos esta carta de Lenin, escrita en 1919, que desarrolla en pocas páginas la posición del marxismo sobre la cuestión de las nacionalidades. ¡Que hable Lenin!

Finalmente, ha comenzado. Las fuerzas rusas han desatado un ataque masivo contra Ucrania. A primera hora de la mañana, en un breve discurso televisado, el presidente ruso Vladimir Putin anunció una “operación militar especial” de madrugada. A los pocos minutos de la transmisión, alrededor de las 5 a.m. hora de Ucrania, se escucharon explosiones cerca de las principales ciudades ucranianas, incluida la capital, Kiev.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha reconocido la independencia de la República Popular de Donetsk y de Lugansk (RPD y RPL) en el sureste de Ucrania y envió tropas rusas de “mantenimiento de la paz” a ambos territorios. Esto representa una escalada significativa del conflicto entre Rusia y el imperialismo occidental ¿Qué intereses se esconden detrás del conflicto y cuál debería ser la posición del movimiento obrero internacional?

El llamado convoy de la libertad ha copado los titulares de las últimas semanas y bloqueado el centro de la ciudad de Ottawa, alrededor de Parliament Hill, la sede del parlamento canadiense, durante una semana. A esto le ha seguido el bloqueo de cientos de camioneros, opuestos a la obligación de vacunarse contra el Covid-19, en diversos puntos de la frontera con EEUU.

El llamado “acuerdo” con el FMI ha impulsado la crisis que recorre al régimen político del país al acelerar el proceso de desagregación del Frente de Todos. Si bien la renuncia de Máximo Kirchner buscaba dar contención política a la base del Frente de Todos y puntualmente a la del kirchnerismo, la misma se sustenta en la realidad de crisis económica, social y política que atravesamos hace ya varios años y que fue profundizada por la pandemia. Esto implica que la realidad política sobre la que estamos interviniendo está atravesada por la crisis orgánica del capitalismo en su fase histórica de declive irreversible.

Treinta años han pasado desde la publicación de El Final de la Historia y el Último Hombre. Regodeándose tras el colapso de la URSS, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama hizo una afirmación asombrosa. La humanidad había alcanzado “el final de la historia como tal: es decir, el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como forma final de gobierno humano”.