"La clase obrera debe tener el control de las empresas y del país" - Alan Woods habla ante 350 trabajadores de las empresas básicas en Venalum (Estado Bolívar)

A primera hora de la mañana del día 23 de junio Alan Woods, dirigente de la CMI, llegaba proveniente de Barcelona a Ciudad Guayana, en Estado Bolívar. En esta ciudad, fundada en 1961, confluyen dos grandes ríos: el Caroni y el Orinoco. El río Orinoco es navegable hasta esta ubicación a cientos de kilómetros de su desembocadura y a través de él, la industria nacional surte el mercado latinoamericano. Este es el corazón de la industria básica del país y el baluarte de los batallones pesados del proletariado venezolano.

Puerto Ordaz es uno de los dos municipios de la ciudad (el otro es San Félix), y acoge la sede de las empresas básicas que forman la C.V.G. (Corporación Venezolana de Guayana) como Alcasa, Venalum, Bauxilum, Carbonorca (productoras de aluminio primario, alúmina y ánodos de carbón para la industria del aluminio, respectivamente), Ferrominera (extracción, procesamiento y comercialización de hierro). También es sede de Sidor (Siderúrgica del Orinoco) y la principal productora de electricidad de Venezuela, Edelca. A Puerto Ordaz se le ha denominado el Petrogrado venezolano por la concentración de industrias y de obreros, que regularmente se ve sacudida por la movilización de la clase trabajadora. En las orillas de los ríos se congregan las fábricas gigantescas de la industria pesada.

Alan WoodsUna de las empresas más importantes es Venalum, la mayor fábrica de producción de aluminio de América Latina, que da empleo a más de 4.000 trabajadores. Venalum, gigante industrial, es la segunda empresa más importante del país tras PDVSA. Sirva de ejemplo de su magnitud, que para la producción de aluminio, en un sólo día Venalum consume más electricidad que la ciudad de Caracas. La energía para producir aluminio procede de las centrales hidroeléctricas próximas a Ciudad Guayana. Podría decirse que al pasar por Ciudad Guayana, los trabajadores roban parte de su ímpetu a los ríos Caroni y Orinoco y lo atesoran en bloques de aluminio.

Este lunes, el camarada Alan celebró un importante acto público en Venalum, donde más de 350 trabajadores asistieron a media tarde a la presentación del libro Reformismo o Revolución. Los asistentes vinieron no sólo de Venalum, sino también de Carbonorca y Alcasa. Muchos de ellos forman parte de los círculos de discusión política que se dan en la empresa. Esto es una muestra del enorme interés que está despertando la gira de Alan Woods y las ideas de la CMI y su sección venezolana la CMR entre las bases del movimiento bolivariano.

En un discurso, que duró casi una hora y media, Alan señaló que las ideas del marxismo seguían siendo mas válidas que nunca y que todo intento de reinventar el socialismo era como un intento por reinventar la rueda. En ese sentido señaló que "Todo el mundo habla del socialismo del siglo XXI, pero nadie sabe qué es", causando la carcajada de los trabajadores presentes. "El socialismo del siglo XXI tiene la ventaja de ser como una botella completamente vacía que se pueda llenar de cualquier cosa, por ejemplo de las ideas de reformistas como Dieterich". Alan afirmó que no había encontrado ni una idea original en los escritos de Dieterich y que la mayor parte de sus ideas las toma prestadas de los socialistas utópicos, y de Proudhom en particular, "es decir, de teóricos anteriores al marxismo, ideas de la prehistoria del movimiento".

El discurso de Alan se centró en el papel central que tiene que jugar la clase obrera en la revolución: "La lucha contra el paro petrolero demostró cómo la clase trabajadora no sólo salvó la revolución, sino que gestionó las empresas mejor que antes cuando estaban bajo el control de los capitalistas. La clase trabajadora es la única fuerza que puede hacer culminar la revolución, poniéndose a la cabeza de la nación y tomando el poder en sus manos".

Alan señaló el tremendo poder intrínseco de la clase trabajadora: "No se mueve una rueda ni se enciende una luz sin el amable permiso de la clase obrera". Alan señaló que los reformistas se caracterizan por su desconfianza hacia el potencial revolucionario de la clase obrera. "Para los reformistas en inconcebible que la clase obrera pueda tener el control de las empresas y del país".Y prosiguió: "¿Quién mejor que los trabajadores saben como funciona una empresa?" preguntó entre aplausos.

Puso de manifiesto que para construir el socialismo es fundamental que los recursos económicos del país estén en manos de la clase trabajadora para poder planificar la economía y sustraerla de la anarquía capitalista y de los males que provoca en la economía venezolana: desempleo, inflación, baja inversión productiva... "En Venalum se planifican todos los aspectos de la producción, nada se deja al azar".En el fondo, una economía socialista consiste en que todo un país se considera como una fábrica, todos los factores de la producción nacional se organizan de acuerdo a un plan económico nacional, "debatido y aprobado por la clase trabajadora del país", afirmó Alan.

Al finalizar la introducción de Alan, que fue muy aplaudida por los trabajadores, hubo un animado turno de palabras. Respondiendo a las preguntas hechas por los trabajadores, Alan señaló que es imposible construir el socialismo en un solo país, y que él considera perfectamente válida la idea de Simón Bolívar de una América Latina unificada, añadiendo una pequeña enmienda: "que esa unificación es imposible bajo bases capitalistas", y abogó por "una federación socialista de América Latina y el Caribe". "El primer punto por el que empezar la unificación de Latinoamérica", afirmó Alan, "es que vosotros, los trabajadores de Venezuela, toméis el poder, controléis las fabricas y empresas del país y edifiquéis un auténtico Estado revolucionario, un Estado obrero". Y prosiguió "Una Venezuela socialista sería un faro para todos los oprimidos del mundo. Ni un régimen burgués se sostendría en todo el continente y caerían uno detrás de otro como piezas de dominó". Al terminar esta frase, los trabajadores le interrumpieron con una fuerte ovación.

Al terminar el evento se formó una larga cola de trabajadores que esperaban a que Alan firmara su libro. En apenas dos horas se vendieron 45 ejemplares del libro Reformismo o Revolución, 75 ejemplares del último número del periódico El Militante, vocero marxista del PSUV y más de un centenar de trabajadores dejó su contacto para colaborar más estrechamente con la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR).

El camarada Alan presentará el miércoles su libro Reformismo o revolución en Sidor, fábrica nacionalizada por el Presidente Chávez tras meses de lucha de sus trabajadores.

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